La huelga de estudiantes universitarios que comenzó con tres jóvenes apostados a las puertas de la sede del PNUD en la avenida Francisco de Miranda, se ha convertido para el Régimen en una situación de crisis, pues la protesta ya alcanzó los 26 días con un total de 57 huelguistas distribuídos en todo el país.
A diferencia de la huelga de hambre que se escenificó semanas atrás en la sede de la OEA, el Régimen no ha logrado en esta oportunidad doblegar a los del PNUD cuya razón de lucha es que el Gobierno cumpla con lo establecido en la Constitución acerca de lo que por derecho, le corresponde a las universidades.
La posición del Gobierno es que los huelguistas suspendan la protesta para sentarse a conversar, y los huelguistas se niegan rotundamente a acceder, pues aseguran que sólo pararán la protesta una vez que estén los acuerdos firmados. Esto a pesar de que ya varios de los jóvenes han sido retirados con problemas de salud que serán irreversibles, producto de los muchos días sin ingerir alimentos.
De hecho, ayer los jóvenes huelguistas emitieron un comunicado advirtiendo que “esquiroles universitarios que se hacen llamar de oposición tratan de negociar con el Gobierno…al final de la lucha esos esquiroles serán denunciados con nombres y apellidos…”
La negociación de la huelga de la OEA, que exigía la libertad de los presos políticos, la llevó con éxito por parte del gobierno el Ministro del Interior Tarek El Aissami, quien logró que los jóvenes suspendieran la protesta a cambio de libertades que ya estaban en proceso, pero lo medular, que son los casos 11 de abril (Comisarios y funcionarios de la PM) y Anderson (Hermanos Guevara) no fueron ni siquiera discutidos, así como tampoco los casos de Alejandro Peña Esclusa y el Comisario Mazuco.
Al instalarse los jóvenes del PNUD, el Régimen acudió a Tarek El Aissami para que enfrentara esta nueva protesta, pero el Ministro del Interior aclaró que estos muchachos no serían tan fáciles de manejar como los anteriores. De hecho Tarek viene de una lucha estudiantil en la ULA, en la que fue derrotado siempre por sus peores enemigos, los miembros del Movimiento 13 al que pertenecen los tres jóvenes que originaron la huelga del PNUD: Vilka Fernández, Alirio Arroyo y Jesús Busain, cuya vocería está a cargo de la joven Gabriela Arellano.
El Movimiento 13 tiene sus raíces en la izquierda y es netamente universitario. Es conocido por sus características radicales y combativas. Con la llegada de Hugo Chávez al poder, el Movimiento 13 rompe con los sectores de la izquierda tradicional y se colocaron en la acerca al frente del Régimen, lo que los llevó a crear una corriente con bases “en la autonomía y confrontación contra el fascismo”.
El Movimiento 13 ha sufrido en sus filas durante los 12 años de Gobierno de Hugo Chávez, persecución política que va desde la muerte, hasta el encarcelamiento y exilio de sus militantes.
El primer apoyo que perdió Hugo Chávez después de llegar al poder, fue el de las universidades, lo que convirtió a su “Proceso” en una Revolución sin estudiantes.
Una de las metas obvias del Régimen ha sido acabar con la autonomía universitaria. Comenzó con las tomas de la ULA y la UCV que dirigió Eliécer Otayza. Fueron derrotados por los propios estudiantes. En los numerosos procesos electorales internos de las universidades, los candidatos del Gobierno siempre han sido derrotados.
Otra faceta del Plan, fue la famosa Ley de Educación que tuvo que ser suspendida ante la movilización universitaria.
La universidad ha soportado multimillonarias campañas de desprestigio por parte del Gobierno. Pero la carta que se ha jugado el Régimen que más difícil ha sido derrotar, es la del cerco económico, con la eliminación paulatina de los servicios estudiantiles. Es contra esto que protestan los jóvenes del PNUD que al principio parecieron solitarios y que hoy han obtenido la solidaridad de toda la comunidad universitaria a nivel nacional, incluyendo otros movimientos estudiantiles.
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