La situación de conflicto prevaleciente en Libia ha puesto a prueba, una vez más, a la comunidad internacional. Las manifiestas violaciones a los derechos humanos perpetradas por el régimen del Coronel Gadafi como política de estado contra la población civil, y en particular contra sectores de oposición, colocan a éste en violación flagrante de la Carta de las Naciones Unidas y del Derecho Humanitario Internacional. Así lo reconoce la resolución 1973 (2011) del 26 de febrero de 2011.
El G-400+ se suma a la condena de estas políticas de represión por parte del gobierno libio, a la decisión de investigarlas con miras a llevarlas a la jurisdicción penal internacional, y al llamado a ponerles fin de inmediato. Considerando que la soberanía estatal no es ni puede ser alegada para cometer crímenes de lesa humanidad, expresa su apoyo a la decisión tomada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en defensa de los derechos humanos de la población civil Libia y, en particular, a las obligaciones de cooperación en el cumplimiento de la Resolución 1973 (2011) que tienen todos los estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas, incluida Venezuela, a objeto de coadyuvar al cese del conflicto y de las violaciones a los derechos humanos en Libia.Entre éstas, el G-400+ destaca las relativas al embargo de armas, prohibición de vuelos y congelación de activos y exige al Gobierno Nacional informar al país y a la ONU de manera inmediata, completa y cabal, sobre los acuerdos suscritos entre Venezuela y el régimen libio, de manera de disponer de una evaluación independiente de su compatibilidad con el interés nacional y con las obligaciones internacionales de la República.Los venezolanos deben recordar que el 1 de abril de 1992 turbas promovidas por el régimen libio incendiaron y saquearon la sede de nuestra embajada en Trípoli como retaliación por la resolución que condenaba a Libia por actos terroristas, que había sido adoptada el día anterior el Consejo de Seguridad de la ONU bajo la presidencia de Venezuela ejercida entonces por el Embajador Diego Arria.
El G-400+, al tiempo de rechazar enérgicamente cualquier pretensión a amparar crímenes contra la Humanidad bajo el manto de la soberanía nacional y de la no injerencia en asuntos de política interna, expresa su apoyo a la Organización de las Naciones Unidas, y en particular a su Secretario General, Excmo. Sr. Ban Ki Moon, en sus esfuerzos por restablecer la paz en Libia, poner fin a las violaciones de derechos humanos cometidas por el régimen libio, y dar campo a la libre determinación del pueblo libio.
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