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Caracas, Dtto. Capital, Venezuela
La participación de los oyentes y las denuncias forman el plato fuerte de PLOMO PAREJO. Conducido por el polémico Iván Ballesteros que se caracteriza por descubrir, analizar y difundir temas que conmocionan el acontecer político a través del contacto con sus protagonistas. Sus secciones ya son todo un éxito: “Plomo y Candela” con Ballesteros y la periodista Patricia Poleo, “Misión Imposible”, "El Jalabolas", "Qué hace Chávez con el dinero de los pobres" han dado mucho de qué hablar.

Frases de dictadura.

Frases de dictadura.
"Cuando el gobierno viola los derechos del pueblo, la insurrección es el más sagrado de los derechos y el más indispensable de los deberes”. Marqués de Lafayette.

Programa Plomo Parejo íntegro del día 03/04/2014

lunes, 19 de diciembre de 2011

LA GRAN BATALLA POR LA TRANSICIÓN

La transición no comienza el 8 de Octubre de 2012. Comienza el 13 de
febrero próximo. Es más: ya comenzó en la conciencia democrática del
ciudadano. Ya está activa en los anhelos y aspiraciones de paz y
reencuentro del elector. Asumirla con el sentido de responsabilidad,
entrega y  grandeza que nuestra Patria merece es el imperativo
categórico de todos y cada uno de los venezolanos.
Antonio Sánchez García
LA GRAN BATALLA POR LA TRANSICIÓN
A Pompeyo Márquez, maestro, compañero, amigo.
1
  Cierra el año con un promisorio balance. El proceso de primarias se
ha venido adelantando sin sobresaltos, con sus puntos a favor y sus
puntos en contra. Como no podía ser menos en estos casos, en que al
empeño por diseñar el futuro se interponen intereses, ambiciones y
proyectos que privilegian unas fórmulas y no otras. Seis precandidatos
han tenido la oportunidad de exponer sus mensajes, exhibir sus
capacidades y llegar a las amplias mayorías con algunas de sus
propuestas. Lo han hecho tanto en el curso de dos rondas de breves,
brevísimas exposiciones, como en largas y reposadas entrevistas por
los diversos medios de comunicación. En los próximos días se habrá
cumplido con la tarea de mayor divulgación gracias al esfuerzo final
desplegado por Globovisión. El resultado no puede ser más encomiable.
Seguramente, las capacidades y talentos mostrados por los
precandidatos no inclinarán la balanza a favor de unos u otros. Como
consta de la larga experiencia en procesos de esta naturaleza, no es
la racionalidad la que prima a la hora de las escogencias del elector.
Es, en primer lugar, la emoción. Con su atado de inclinaciones y
prejuicios. Y en segundo lugar las previsiones de expertos en
marketing orientados al resultado final, sin consideración de la
calidad del mensaje, la pedagogía del elector, el proceso de
racionalización del comportamiento ciudadano. E incluso eventos
imprevisibles e imponderables con los que nadie contaba. Como
sucediera con la elección de José Rodríguez Zapatero, súbitamente
empujado a la victoria por efecto de las consecuencias del atentado
del 11M de 2004 en Madrid. De no haber mediado ese impacto
tremendamente emocional y el desconcertante comportamiento del
gobierno del PP, Zapatero jamás hubiera logrado
superar a José María Aznar. Ni muchísimo menos llegar a la
presidencia de España.
     Independientemente de las tendencias que señalan las encuestas,
que para infinita desgracia de nuestra educación ciudadana son jueces
y partes de un proceso respecto del que una sana disposición
gubernativa debiera mantener estrictamente distante de los altos
niveles de manipulación masiva que alcanzan, los llamados debates
permitieron airear la verdad tras las máscaras. Que pusieran
dramáticamente de manifiesto la irrelevancia de la capacidad
intelectual y política de los candidatos respecto del puesto que
ocupan en las preferencias del electorado. Lo cierto es que ni la
articulación de los mensajes ni la elocuencia en hacerlos del
conocimiento masivo, la preparación intelectual y las expectativas en
cuanto a las eventuales ejecutorias, correspondieron a las
expectativas adelantadas por las encuestas. En los primeros lugares ni
están todos los que son ni son todos los que están.
Aún así: una progresión sistemática en la calidad de las
comparecencias de los distintos candidatos nos lleva a la sana
conclusión de que cualquiera de ellos, respaldados con equipos de
gobierno de comprobada calidad gerencial, experiencia y capacidad
decisoria sería incomparablemente más eficiente y progresista que el
que encabeza el teniente coronel al frente del pobre equipo de
(des)gobierno que hoy nos abruma. El saldo, en dicho sentido, no puede
ser más halagüeño.
2
   La matriz impuesta tras un sistemático trabajo de conformación de
conciencia por aparatos de asesoría de campañas y marketing,
secundados por el trabajo de zapa de comunicadores al servicio de
determinados candidatos, logró finalmente su cometido: no fueron la
calidad, la experiencia, la densidad intelectual, la preparación y la
sabiduría política los atributos impuestos como valores agregados por
el elector a la figura ideológicamente afín de sus candidatos: fue la
juventud y una cierta o falsa virginidad política respecto del pasado.
La edad se convirtió en un hándicap insalvable para las figuras
políticas de más realce con que cuenta la sociedad venezolana: ni
Antonio Ledezma, ni Eduardo Fernández, Oswaldo Álvarez Paz o César
Pérez Vivas consiguieron romper el muro de prejuicios levantados en su
contra por los intereses de partidos, empresas y sectores de opinión
que terminaron determinando las expectativas de los electores.
El saldo de esta verdadera confabulación de intereses, absolutamente
ajena a la experiencia histórica – el país ha vivido traumáticos
desastres en manos de políticos jóvenes e inexpertos, como el propio
teniente coronel Hugo Chávez – que no se compadece ni siquiera con
nuestra propia verdad, podría gravitar de manera decisoria a la hora
del verdadero enfrentamiento. Y convertirse en un insalvable escollo a
la hora de gobernar a una sociedad sumida en la vorágine de la peor
crisis de su historia. Lo cierto e indiscutible es que en situaciones
semejantes no ha sido la edad el catalítico del éxito, sino la
sensatez, la mesura, el temple o la sangre fría de hombres
experimentados y curtidos en el combate político. Una sociedad
comienza a enfrentar con seriedad sus problemas cuando asume con
seriedad sus liderazgos.
Tampoco parecieran ser las maquinarias de los partidos políticos los
que lograrán, como en el ya lejano pasado, inclinar la balanza del
elector en uno u otro sentido. Además del debilitamiento indiscutible
de que hacen gala, ni sombra de lo que un día no tan lejano fueran, el
peso de sus ideologías ha perdido toda relevancia. Son conscientes los
altos dirigentes de dichos partidos que sus militancias perdieron hace
ya mucho tiempo la disciplina partidista que antaño mostraran. A la
hora de la decisión final, se inclinarán también los que aún militan o
no pierden sus conexiones orgánicas con los partidos políticos por el
candidato que les resulte más atrayente.
    Este fenómeno comienza a expresarse en el hecho señalado por
algunas encuestas, según el cual el respaldo mayoritario de partidos
políticos de determinada tendencia no garantiza el control mayoritario
del voto por el candidato en cuestión. Estamos convencidos de que el
12 de Febrero nos deparará muchos resultados inesperados. Y un
reacomodo en el escenario de las preferencias electorales y el respeto
a cierta dirigencias partidistas.
3
    A partir del 13 de febrero restarán ocho meses de campaña para
llegar a la gran batalla del 7 de octubre de 2012. Un período de
transición abierto a toda clase de especulaciones, rumores y
expectativas que incluyen incluso la eventual incapacidad física del
candidato del régimen, factótum y todopoderoso hombre fuerte de la
república Hugo Chávez. Un período que verá desplegarse el mayor
esfuerzo de intervencionismo estatal, compra de conciencias,
influencias externas y acontecimientos imprevisibles que puedan ser
orquestados por el régimen para asegurarse el control del electorado y
la victoria electoral. Un período que sólo los ilusos o desaprensivos
pueden considerar normal en un régimen de libertades democráticas. Y
que sólo la absoluta carencia de responsabilidad política de los
países de la región puede observar con indiferencia.
  Frente a esos ocho meses cruciales para la historia del futuro del
país y de la región restan en el orden interno dos preocupaciones
esenciales para las fuerzas opositoras: la superación del trauma
electoral dejado por las primarias en quienes salgan derrotados, por
una parte, y la grandeza del vencedor en aceptar la nueva realidad
orgánico política, por la otra: encabezar un amplio movimiento de
partidos, organizaciones civiles e independientes subordinándose a un
gran Frente de Unidad Nacional. Dejará de ser el candidato de un
partido para convertirse en el candidato de un amplio, poderoso y
profundo movimiento sociopolítico jamás visto en Venezuela. Que,
constituido en una gran cruzada, deberá romper los diques con que el
régimen pretenderá aprisionarlo y darle cauce a una fuerza expansiva
que haga imposible el fraude y el engaño ante la dimensión del deslave
que provocará en la realidad social y en la conciencia libertaria y
renovadora de la sociedad venezolana.
    En el orden externo, ese Frente de Unidad Nacional – que sería
una aberración dejar exclusivamente en manos de las dirigencias
partidistas sin integrar a las iglesias, las academias, las
universidades, las organizaciones de trabajadores y profesionales,
artistas, comunicadores, etc. – deberá movilizar la conciencia
democrática internacional, desde personalidades hasta partidos,
organizaciones de la sociedad civil y organismos internacionales,
parlamentos, asociaciones, etc., con el fin de cautelar, vigilar y
observar la realización del proceso electoral.
Si en el plano interno ya debieran estar adelantándose los elementos
constitutivos de un Frente de Unidad Nacional – poco importa el nombre
-, en el plano externo ya debiera estar conformándose un grupo de
grandes personalidades, intelectuales, escritores, artistas y ex
presidentes amigos de la democracia venezolana encargados de auspiciar
la vigilancia internacional de la Gran Batalla.
       En ambos frentes de lucha, el interno y el externo, quienes
hayan participado de la campaña de primarias, habiendo o no
participado en las elecciones del 12F, debieran ocupar un papel
preponderante y principal. Sus contactos y relaciones con organismos
multilaterales, internacionales partidistas – socialdemócratas,
socialcristianas y liberales -, academias, institutos y universidades
serían de inmenso e irreemplazable provecho.
    La transición no comienza el 8 de Octubre de 2012. Comienza el 13
de febrero próximo. Es más: ya comenzó en la conciencia del ciudadano.
Ya está activa en los anhelos y aspiraciones del elector. Asumirla con
el sentido de responsabilidad, entrega y  grandeza que nuestra Patria
merece es el imperativo categórico de todos y cada uno de los
venezolanos.

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