La ambición pone una venda en los ojos a quienes carecen de principios.
- Antonio Semprun
La mal llamada “revolución” que desde hace más de una década se ha implantando en Venezuela, ha pasado por diferentes fases y protagonistas. Chávez, fue el caballo de Troya que los Castro usaron para materializar el sueño que desde los años sesenta tenían como proyecto.
Ya por aquellos años los venezolanos pagaron con la vida la infamia de una ambición desmedida por el poder de quienes veían a Venezuela como la bombona de oxigeno que continuaría dando viva a la sanguinaria revolución cubana que con la caída de la Unión Soviética comenzaba a desaparecer.
La “Revolución Bonita”, que comenzó en el año 1998 paso de la fase del populismo en el que Chávez, decía amar al pueblo, a la fase de la represión brutal por un extranjero usurpador que para mantenerse en el poder y satisfacer los deseos de dos ancianos asesinos, ha ensangrentado al país con sangre de inocentes venezolanos que salieron a las calles a exigir legítimos derechos.
La Revolución Bolivariana, hoy convertida en el barril de pólvora que heredo el extranjero más incapaz que ha conocido Venezuela, le pasa la cuenta a quienes les han servido de alfombra para transitar el camino de la violación de derechos humanos, el asesinato de venezolanos y la creación del más grande antro de corrupción del país.
Los hijos de la revolución como el Mayor General Wilmer Barrientos entre muchos otros, recibe el aguijón del esperpento revolucionario que ha defendido a costa de la vida de sus conciudadanos y de su silencio cómplice en el robo de la voluntad popular, fue destituido de su cargo como Ministro de Industria, premio que le habia sido concedido por sus serviles servicios.
Es la suerte que corren quienes entregan su conciencia a una revolución que sobrevive utilizando ingenuas piezas, a las que desecha cuando ya no tienen la posibilidad de perturbar su marcha; Hay revoluciones que tienen la misma naturaleza del escorpión, aguijonear a sus cómplices cuando ya no le son útiles.
Cnel (GN) Antonio Semprun
@antoniosemprun
No hay comentarios:
Publicar un comentario