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Caracas, Dtto. Capital, Venezuela
La participación de los oyentes y las denuncias forman el plato fuerte de PLOMO PAREJO. Conducido por el polémico Iván Ballesteros que se caracteriza por descubrir, analizar y difundir temas que conmocionan el acontecer político a través del contacto con sus protagonistas. Sus secciones ya son todo un éxito: “Plomo y Candela” con Ballesteros y la periodista Patricia Poleo, “Misión Imposible”, "El Jalabolas", "Qué hace Chávez con el dinero de los pobres" han dado mucho de qué hablar.

Frases de dictadura.

Frases de dictadura.
"Cuando el gobierno viola los derechos del pueblo, la insurrección es el más sagrado de los derechos y el más indispensable de los deberes”. Marqués de Lafayette.

Programa Plomo Parejo íntegro del día 03/04/2014

lunes, 5 de marzo de 2012

Herodes en la Cruz: El ultraje

Vezuela está gravemente enferma. Disociada y corrompida por una
pandilla de forajidos. Entregada a la concupiscencia, inmoralidad y
estupidez de una camarilla cívico militar. Debemos ponerle atajo, en
bien de la Patria. Hay un camino. Todo venezolano decente debe
transitarlo. O nos espera el abismo.
Pedro Lastra
ND 26 Febrero, 2012
Herodes en la Cruz: El ultraje
De todos los símbolos de la humanidad, es la cruz sin duda el más
extendido, el más popularizado y, de lejos, el más venerado. Utilizado
desde los orígenes mismos del cristianismo representa la persecución,
el tormento, la tortura y la muerte de Nuestro Señor Jesucristo y, por
antonomasia, el símbolo de una humanidad sufriente que clama por
salvación.
Objeto de sublime veneración por la cristiandad ha sido motivo de las
más excelsas obras del arte y la literatura universal:
No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
Atribuido a Juan de Ávila, a Santa Teresa y a otros franciscanos su
autoría sin embargo permanece anónima. Pero constituye el cenit de la
poesía mística y una prueba del amor, del fervor, de la sublime
entrega a la cumbre de la creación humana. ¿Quién osaría siquiera
pretender compararse al Nazareno, quién elevarse a las alturas de la
divinidad y la representación de los anhelos de paz, de concordia, de
justicia, de bondad y de amor representado por Jesús? Hugo Rafael
Chávez Frías, teniente coronel de ejército, golpista contumaz por cuya
causa murieron el 4F 92 más de dos centenas de venezolanos
absolutamente inocentes, magnicida frustrado, corruptor de las fuerzas
armadas, practicante del alquiler de conciencias para ganar
elecciones, inventor de electores ficticios, dilapidador de la mayor
fortuna jamás habida en América Latina, mentiroso en grado
superlativo, cruel a la hora de castigar a quienes considera sus
enemigos, perseguidor
implacable de quienes se oponen a sus dicterios y sin otra ambición
que apropiarse de una Nación, convertirla en su hacienda y pisotear
una tradición bicentenaria de institucionalidad, orden y justicia
mientras en los barrios populares se asesina a doscientos mil
cristianos. Sin que esa horrorosa sangría le provoque la menor
inquietud, la más mínima compasión. Herodes, no Jesucristo es su
simil.
¿Puede esta humanidad doliente, que lleva 13 años sometida a los
delirios e insensateces de este nefando personaje, permitir que sujeto
de tal bastardía moral encuentre expresión en una cruz destinada a
recordarnos cada diciembre que se aproxima la hora del solemne
recordatorio del nacimiento del más grande de los humanos, Nuestro
Señor Jesucristo?
Venezuela está gravemente enferma. Disociada y corrompida por una
pandilla de forajidos. Entregada a la concupiscencia, inmoralidad y
estupidez de una camarilla cívico militar. Debemos ponerle atajo, en
bien de la Patria. Hay un camino. Todo venezolano decente debe
transitarlo. O nos espera el abismo.

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