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Caracas, Dtto. Capital, Venezuela
La participación de los oyentes y las denuncias forman el plato fuerte de PLOMO PAREJO. Conducido por el polémico Iván Ballesteros que se caracteriza por descubrir, analizar y difundir temas que conmocionan el acontecer político a través del contacto con sus protagonistas. Sus secciones ya son todo un éxito: “Plomo y Candela” con Ballesteros y la periodista Patricia Poleo, “Misión Imposible”, "El Jalabolas", "Qué hace Chávez con el dinero de los pobres" han dado mucho de qué hablar.

Frases de dictadura.

Frases de dictadura.
"Cuando el gobierno viola los derechos del pueblo, la insurrección es el más sagrado de los derechos y el más indispensable de los deberes”. Marqués de Lafayette.

Programa Plomo Parejo íntegro del día 03/04/2014

sábado, 11 de febrero de 2012

TRIBUNA LIBERTARIA.- Compendio Opinático

El liderzgo implica recordar errores pasados, un análisis de los
logros actuales, y una imaginación establecida para visualizar los
problemas del futuro. Stanley C. Allyn
La Fuerza de la esperanza se mueve. Esfuérzate, anímate y trabaja. Por
la restauración moral de la República, ¡a la carga!. Solo faltan 339
días, cuenta regresiva inexorable. Artículo 231. Constitución de 1999.
El nuevo Presidente tomará posesión el 10/01 del primer año de su
período constitucional.- @raulamiel
Carta abierta a Henrique Capriles Radonski
La Divina Diva.
Sepa Ud que le escribo desde el escepticismo, de ese que se ha formado
luego de ver que  miles de millones de dólares, tantos que los ceros
tornan las cifras inentendibles,  y miles de promesas, teñidas de
variopintas ideologías a lo largo de 30 años, solo han servido para
tener un país injustamente desigual.
No creo en mesías, ni en soluciones de un sólo hombre, no creo ni
siquiera que los Presidentes de los países sean seres superiores a sus
demás compatriotas, y sí legítimamente están en ese cargo, debe ser
porque encarnan, de una u otra forma, una voluntad al diálogo con los
diferentes sectores de sus países para la búsqueda de acuerdos, que
permitan el mas alto grado de avance de todos al mínimo costo social
posible.
Los venezolanos hemos contemplado, por mas de 30 años que cada sector
del país se considera poseedor de la única y exclusiva "verdad".
Presenciamos como en los 90 comenzó a privatizarse el país, sin tener
en cuenta las nefastas consecuencias que eso iba a tener sobre
millones de venezolanos, cuando comenzó a mencionarse la privatización
de la industria petrolera, en manos venezolanas luego de décadas de
luchas para alcanzar el manejo de nuestro principal recurso,  cuando
se comenzó a tocar cosas indispensables como salud y educación,  el
pueblo dijo basta.
Se nos ha querido vender que la iniciativa privada es por si sola
suficiente para producir el bienestar de los venezolanos, escondiendo
el hecho que la apertura indiscriminada a los grandes capitales
extranjeros llevaría a la quiebra a miles de pequeños comerciantes e
industriales, y que la liberalización indiscriminada de las
condiciones de trabajo llevó al deterioro de las principales
conquistas laborales y al debilitamiento de las organizaciones
sindicales, tan necesarias para equilibrar las asimetrías de poder
entre trabajadores y patronos.
También se nos ha querido vender, en años recientes, que es el Estado,
y el proceso de estatización la solución a todos los problemas
derivados de la "explotación capitalista", ignorando el hecho que la
mera sustitución del patrón no garantiza la mejora de la condiciones
de vida de los trabajadores asalariados, que la mas de las veces las
empresas del estado son manejadas por burócratas estatales
absolutamente ignorantes del proceso productivo que deben acometer, y
que el resultado, mas o menos inexorable de esto, es la quiebra o
infactibilidad económica de las mismas, llevando al deterioro de las
condiciones de vida a millones de personas.
También se nos ha querido vender que el bienestar del que disfrutan
algunos venezolanos es el resultado de actividades despreciables desde
el punto de vista ético, ignorando el hecho  que cientos de miles de
Venezolanos han alcanzado su bienestar actual luego de décadas de duro
trabajo de varias generaciones. Se ha vendido que es “legitimo” acabar
con el resultado del esfuerzo, del trabajo y del sudor honesto, con un
solo plumazo: El “Exprópiese”, la mas de las veces sin la justa
retribución, de lo que en la mayoría de las veces es confiscado solo
por caprichos de burócratas.
Ambas solo son simplificaciones para escurrir la indispensable tarea
de “aprehender” y, ¿por qué no?, Aprender del país que se tiene
enfrente, del país que, aunque mucho no lo crean, tiene mucho que
decir. Se nos ha querido vender que el pueblo no tiene nada que decir,
que las respuestas vendrán de un grupo de “Iluminados” , en un caso
autodenominados “vanguardia” en el otro autodenominado “elites” que
serán capaces de determinar mejor que nosotros mismos aquello que
requerimos y del cómo procurarlo.  Son los organizadores de vidas
ajenas a lo que el poeta una vez llamo los delimitadores de las
primaveras.
Húyale a las recetas fáciles, problemas complejos exigen soluciones
complejas, esto es diseñadas a la medida de lo que tiene enfrente. Ni
siquiera la Educación, tan mencionada por usted, tan frecuentemente
sobrevalorada en los discursos políticos, tiene por si sola el poder
de producir cambios “milagrosos” en los países, tal como atestigua
nuestra realidad, en donde cientos de miles de venezolanos, con
formación superior, no encuentran las oportunidades para el desarrollo
de sus capacidades, viéndose compelidos a actividades de subsistencia.
Escuche a la gente, pero escúchela de verdad, no crea Ud. que sólo sus
asesores, pagados la mayoría de las veces, tienen la única, o siquiera
mejores soluciones, recuerde que nadie posee más conocimiento de una
situación que la gente que la que la vive, en este caso la gente que
la padece.
Respóndale a la gente, converse con ella, sabemos que es imposible
responder todas las comunicaciones, bien sea por vías tradicionales o
por mecanismos novedosos como el twitter, pero abra espacios de
intercambio y dele la importancia requerida.
Sabemos que pretenden imponerle una “camisa de fuerza” con los
llamados “lineamientos programáticos para el gobierno de unidad
nacional”, realizados por un puñado de “expertos” sin la discusión
amplia, franca, plural con el pueblo venezolano. La exigencia del
momento requiere de apertura, atrévase Ud. a poner en cuestión la
metódica con la que fueron elaborados, motorice Ud una discusión
abierta, con todos y en todos los lugares, de lo que debe ser la
organización de la esperanza de todo un pueblo. Alcancemos, esta vez
si en plural,  unos consensos mínimos sobre aquellas áreas
indispensables y estratégicas para el bienestar de nosotros, el
pueblo venezolano.
Atrévase Henrique,  ábrase al país, recuerde que la esperanza requiere
la participación de todos.
Medítelo y suerte en la dura tarea que toca en los meses venideros.
Los 13 años de la destrucción nacional
Alonso Moleiro
Se vanagloriaba el pasado jueves el presidente de los logros de su
gobierno en el acto organizado con motivo de sus 13 años en el poder,
en el pequeño teatro de Catia. Decía que en 1998 la nación “estaba en
ruinas”, y que ahora “se ha puesto de pie”. Hablaba del ingreso
petrolero, de la inversión social, de la reducción de la pobreza. Del
“salto económico gigantesco” logrado por su administración en todo
este tiempo.
No deja de ser un curioso fenómeno político: Hugo Chávez y su tren
ejecutivo han logrado engranar con sorprendente eficiencia las
decisiones políticas y la audacia comunicacional para transmitirle a
sus seguidores –que como sabemos, son cada vez menos- la artificiosa
sensación de que la altísima disponibilidad de recursos de esta hora
es hija directa de sus ejecutorias, y que el manejo responsable de
ellos está produciendo en Venezuela unos inusitados niveles de
bienestar.
Podemos escuchar a algunos de sus voceros, argumentando de forma
desesperada que algunos de los males que han vuelto infernal la vida
de la ciudadanía –las fallas del Metro; los cortes eléctricos; los
espeluznantes niveles del hampa- son frecuentes en todos lados, y que
tanto éstos como el aumento de precios, son una herencia del
capitalismo que acá impera. Poco importa, a estos efectos, alguna
consideración en torno a cuánto se han agravado los problemas, o lo
inferior es su recurrencia en otros entornos cercanos, naciones de
menor calado y dimensiones modestas, como Uruguay o Costa Rica.
Los haberes del gobierno en estos años pueden escribirse en pocas
líneas. La administración de Hugo Chávez ha dispuesto de un ingreso
petrolero que supera casi 10 veces el promedio de los años 90, gracias
a la escasez mundial de refinerías, la altísima demanda energética de
China y la India y la escasez para la explotación de nuevos pozos.
Eso le ha permitido realizar una inversión social que ha apalancado el
consumo y algunos programas asistenciales; fortalecer y reprogramar
nuevos subsidios y con ello, cómo no, reducir los índices de pobreza.
Sin embargo, el más superficial análisis de todos los resortes de la
producción y la gobernabilidad le permitirán advertir a cualquiera las
cotas de destrucción patente en todos los estamentos de la nación. La
riqueza petrolera no es eterna y los países no se desarrollan con
subsidios. Hablamos de un costoso pasivo que, con toda seguridad, la
historia le va a encargar de señalarle al actual presidente.
Veamos. Pdvsa, con una deuda multiplicada en casi 15 veces, planes
pospuestos, accidentes industriales y enormes dificultades para
aumentar su producción. El plan Siembra Petrolera preveía en un año
como este una producción de 5 millones de barriles diarios de
petróleo: escasamente seguimos luchando por morder los tres. Es este
uno de los países del mundo que menos petróleo produce en relación con
su nivel de reservas. Los planes gasíferos, sin concreción alguna en
los hechos. Casi todos los activos nacionales pertenecientes al
estado, muchos de ellos nacionalizados recientemente, en la ruina:
Agropatria, Friosa, Edelca, Venalum, Alcasa, Cemex, Sidor. Los planes
agroindustriales, un gran fraude: prácticamente no hay un rubro
agrícola que abastezca siquiera la demanda nacional. La producción de
leche no llega ni a la mitad de la demanda nacional; la de caña de
azúcar está en 40 por ciento y la mitad del café que consumimos es
nicaraguense.
Los índices de homicidios, triplicados respecto al 98: de 4 mil, en
aquella fecha, a más de 15 mil el año pasado. La inflación, la más
alta de todo el continente. Todo el sistema eléctrico severamente
deteriorado. La vialidad, rezagada y en ruinas; el desarrollo urbano,
pospuesto. Las obras de infraestructura prometidas en el sistema
ferroviario, casi todas paralizadas o andando a muy baja velocidad. La
construcción de viviendas, la más baja de administración alguna en 50
años. Los índices de deserción escolar, en el mismo sitio; el salario
de maestros y médicos, casi rozando la cota del salario mínimo. El
déficit de policías, escandaloso. El entramado hospitalario, prestando
un servicio espasmódico y extremadamente ineficiente. La mitad del
estamento científico nacional emigrando al exterior.
La gravedad de la situación del país es bastante superior a lo que la
gente se imagina. Flota sobre un volumen de recursos petroleros
gigantesco, que no ha podido impedir la ruina, sino que, por el
contrario, a veces pareciera que la estimulara. Es difícil no
encontrar algún espacio de la gestión de gobierno en el cual no impere
una realidad anarquizada y cruzada por toda suerte de dificultades
agravadas por la corrupción, el despilfarro y la impericia.
Traducir esta realidad en variantes comunicacionales concretas;
propalar este diagnóstico entre la ciudadanía e introducir estos
elementos en el debate nacional, para su diagnóstico, tiene que ser el
deber de cada ciudadano en un año en el cual estamos obligados a tomar
grandes decisiones.
¡Fuera! ¡Fuera! ¡Fuera!
CARLOS ALBERTO MONTANER
María Corina Machado le ha escrito una carta abierta a Fidel Castro
que ha estremecido el ciberespacio. Debo haberla recibido trescientas
veces desde que comenzó a circular por Internet. No tiene desperdicio.
María Corina es una atractiva ingeniera venezolana de 45 años, experta
en cuestiones empresariales, diputada antichavista, madre de tres
hijos y candidata a encabezar a los demócratas de su país en las
elecciones primarias del 12 de febrero próximo, fecha en que la
oposición elegirá entre cinco políticos a la figura unitaria que
deberá enfrentarse a Chávez (si está vivo en esa fecha) en los
comicios del 7 de octubre.
Recientemente, la señora Machado adquirió notoriedad internacional
cuando interrumpió y respondió contundentemente al maratónico discurso
del presidente Chávez ante la asamblea legislativa. No obstante,
Henrique Capriles Radonski, gobernador de Miranda, se mantiene al
frente en todas las encuestas que he visto, seguido de cerca por Pablo
Pérez, joven gobernador de Zulia.
A propósito de la intervención de la diputada, Fidel Castro, en uno de
los textos que suele publicar bajo el título de “Reflexiones”, entró
en el debate venezolano atacando a María Corina y defendiendo a su
discípulo Chávez de la acusación de “ladrón”, tarea imposible, dado el
grado de corrupción e impunidad que se observa en el país.
Según Transparency International, la organización que mide los niveles
de corrupción en el sector público mundial, en el ranking de los 176
países escrutados, Venezuela ocupa el 164. Es el país más podrido de
América Latina. Más, incluso, que Haití (146), la segunda nación más
corrupta de la región. Dato que le da la razón a la diputada y
compromete la honra del presidente Chávez: si no lo impide, es porque
ésa sería su ilegal forma de ejercer el poder, o, si no lo persigue,
porque no está enterado, en ambas situaciones se demostraría que no
debe seguir al frente del país.
En todo caso, el entusiasmo de los venezolanos por la carta de la
diputada a Fidel Castro no es por lo que ella le dijo a Chávez, sino
por lo que les dice “a los cubanos”. María Corina le reprocha al
Comandante los ciento diez mil barriles diarios de petróleo que su
país le entrega a Cuba sin esperanzas de cobro. Le recuerda las
numerosas operaciones fraudulentas de ventas internacionales a
Venezuela trianguladas a través de La Habana sin otro objeto que el de
engordar las arcas cubanas a costa del sacrificio de los trabajadores
venezolanos. Condena la grosera injerencia de la policía política y el
ejército de la Isla en su rica colonia sudamericana, pero le advierte
a Fidel Castro que no debe olvidar cómo, en el pasado, cuando el
régimen cubano infiltró guerrillas y saboteadores en el país, los
gobiernos democráticos de entonces y las Fuerzas Armadas Nacionales
derrotaron totalmente esos intentos subversivos, algo que volverá a
suceder
en el futuro.
La popular acogida a la carta de la diputada demuestra la profunda
molestia de los venezolanos con el tipo de relación metrópoli-colonia
establecida entre Cuba y Venezuela por decisión de Hugo Chávez,
incluso contra el criterio de muchos chavistas que ven esos vínculos
como un hecho humillante e inexplicable.
Es la primera vez en la historia que una nación más rica, poderosa,
grande, poblada, desarrollada y educada, se subordina voluntariamente
a las órdenes e intereses de otra más pobre, marginal y fracasada que
la explota inicuamente.
Y ésta no es una percepción política de la oposición, sino un lógico
sentimiento popular expresado de múltiples maneras. En YouTube existe,
para cualquiera que desee verlo, un video amateur recientemente
filmado en el aeropuerto de Maiquetía (Caracas), que refleja ese
profundo sentimiento anticubano germinado en el corazón de los
venezolanos.
Se trata del colérico recibimiento a una nutrida delegación cubana que
llegaba a Venezuela vistiendo camisetas con el rostro del Che Guevara.
De pronto, espontáneamente, primero unos pocos, luego decenas, más
tarde centenares, empleados, viajeros y acompañantes, los venezolanos
comenzaron a gritar ¡Fuera! ¡Fuera! ¡Fuera! ante la perplejidad de
unos cubanos que no sabían que los recibirían a gritos, con la furia
que muestran los siervos ante los amos cuando llega el momento de la
liberación.
Para Raúl Castro, el fin del chavismo, ya sea por defunción del
teniente coronel o por una derrota política imparable, significará un
peligroso descalabro económico y político. Ni siquiera puede descartar
una especie de operación Dunkerque caribeña, evacuación urgente de
decenas de miles de cubanos enquistados en la maquinaria pública
venezolana a los que habría que proteger de la ira popular. Si eso
sucede, ya sabe que los cubanos se irán escoltados por un grito
visceral que los venezolanos han estado ensayando a todo pulmón:
¡Fuera!

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