A finales del año 2010, Venezuela vivió una crisis. Una crisis producto de los torrenciales aguaceros que azotaron a gran parte de la región norte-costera del país y dejaron miles de familias damnificadas. Entra el Sambil-La Candelaria: expropiado -primero para hacer una “clínica socialista” y luego un “mall socialista”, terminó siendo el lugar de residencia de muchas de estas personas que, bajo las aguas, lo perdieron todo.
Pero parece que la ambición no es salir del refugio, sino quedarse allí lo más cómodo posible. El “hombre nuevo” no puede vivir sin TV satelital. Prueba de esto es la foto a continuación, tomada este miércoles 04 de enero en uno de los laterales de la masiva estructura. Hasta una docena de antenas se ven apuntando al cielo, para hacer “más cómoda” la estadía. Pero no es cualquier servicio y, evidentemente, no es el servicio del Estado. Mientras millones de venezolanos, a través de sus impuestos, financian alimentación, sueldos y servicios de estos compatriotas en desgracia, a cambio hay televisores con lujos que algún contribuyente no puede pagar. Así es el “socialismo del siglo XXI”.
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