Esto tiene mal al teniente coronel, ya que los informes de los sapos cubanos que hurgan en todos los rincones del estado venezolano y en especial dentro de las fuerzas armadas, son contundentes en cuanto a la decisión de respetar los resultados electorales, razón por la cual el teniente coronel quiere ablandar y bozalear a los mismos, dándoles aumentos de sueldos y convertirlos en una casta superior al venezolano promedio, que trabaja y estudia para superar los problemas del país, los cuales también tienen problemas con la inflación, con las cuotas iníciales para adquirir viviendas y vehículos pero que lamentablemente no usan caponas en su ropa.
Rubén Contreras
ND 1 Noviembre, 2011
El miércoles 26 de octubre pasado, fuimos sorprendidos con la noticia, el presidente Chávez por segundo año consecutivo les daba otro aumento a los integrantes de las fuerzas armadas venezolanas. El año pasado, el 2010, les aumentó el 40% y ahora en 2011, el 50% de su salario, pero el de ahora viene complementado con la eliminación de las cuotas iníciales para la adquisición de viviendas y vehículos. Es decir ellos pueden adquirir sus bienes sin ningún tipo de aval. Y los demás venezolanos, qué?
Los venezolanos nos preguntamos, que tienen de especial los integrantes de la fuerza armada para un presidente que ordenó el año 2010, a través del Vicepresidente Jaua, que no se discutiese la contratación colectiva de los empleados y obreros al servicio del estado, actúe ahora tan dadivoso y complaciente con ellos. Será que algo huele mal en Dinamarca.
El presidente durante ese acto se explayó nuevamente en una sarta de mentiras, sembrando el odio entre los venezolanos y llegó a expresar que la oposición venezolana tiene penetrada la fuerza armada para desestabilizarla y ponerla en contra del proyecto revolucionario, ya que los burgueses venezolanos odian al estamento militar por haberse mantenido este, a favor de la causa revolucionaria.
Esa excusa que la oposición quiere desestabilizar las fuerzas armadas es para tapar el descontento entre la oficialidad media, baja y tropa, que exige mejoras reivindicativas, ya que fue precisamente durante los llamados años de democracia, en la cuarta república, en los cuales el estado hizo un gran esfuerzo por democratizar las fuerzas armadas e integrarlas a la vida normal de las sociedades modernas, tipo democracia liberal burguesa, permitiéndole que además de su carrera de armas, estudiasen diferentes carreras en la universidades venezolanas, con el objetivo de conocer mejor al país y a sus ciudadanos, así como ampliar sus estudios y formación académica, de manera que cuando dejasen sus carreras militares pudieran insertarse a la sociedad, en cualquiera de sus planos y ser útiles a la misma.
Se buscaba también con eso, darle un tamiz diferente a la fuerza armada en el sentido de presentarlas con un rostro más humano y quitarle esa imagen de gamonal pretoriano que se han ganado a través de la historia, por esa concepción equivocada de que ellos son los herederos legítimos de los libertadores y por lo tanto pueden irrumpir cuando quieran para torcer el rumbo histórico de Venezuela. Cuestión a medias nada más, porque como lo ha dicho el teniente coronel, desde que el ingresó a la escuela militar, se dedicó a conspirar contra el orden establecido y descorrió el velo de la falta de formación académica y democrática en las fuerzas armadas, en algunos de sus integrantes como el propio Chávez, los Carvajal, Acosta Carles, Rangel Silva, Rangel Gómez, Montilla, Fariñas, Carreño, Carrizales, Guilarte, Los Diosdado Cabello y los Chacón, Ronald Blanco La Cruz y García Carneiro, Pedro Arroyo, Rodríguez San Juan, entre otros.
La cuestión es que la caldera militar está como olla de presión, los panfletos y escritos en las distintas guarniciones, destacamentos, escuelas, comandos, en contra de la autocracia, el autoritarismo, el nepotismo, el maridaje con los países comunistas y fundamentalistas, así como por la subordinación militar e ideológica ante el castro comunismo, tiene a la mayoría de los integrantes del componente militar en toda su extensión como plancha de chino; y la mayoría de los militares están a la espera de la decisión del 12 de febrero de 2012, cuando se escogerá la opción democrática que le dé un vuelco a la situación, para apoyar el proceso que decidirá el destino de Venezuela el 7 de octubre de 2012.
Esto tiene mal al teniente coronel, ya que los informes de los sapos cubanos que hurgan en todos los rincones del estado venezolano y en especial dentro de las fuerzas armadas, son contundentes en cuanto a la decisión de respetar los resultados electorales, razón por la cual el teniente coronel quiere ablandar y bozalear a los mismos, dándoles aumentos de sueldos y convertirlos en una casta superior al venezolano promedio, que trabaja y estudia para superar los problemas del país, los cuales también tienen problemas con la inflación, con las cuotas iníciales para adquirir viviendas y vehículos pero que lamentablemente no usan caponas en su ropa.
Claro el presidente tiene comprado al generalato, al extremo de convertirlo en la actualidad en una peste militar, dándole poder al ubicarlos en funciones públicas en las cuales pueden disponer de presupuestos sin control, pero los cuadros inferiores no disponen ni están en las mismas condiciones, y son ellos los que comparten con el pueblo, con el soberano el conocimiento de los problemas, de la inseguridad, de la falta de oportunidades de estudio para sus hijos, de la inflación, de los servicios de atención médica, de viviendas, son también de carne y hueso como el más humilde de los venezolanos y son como la esponja que recoge el agua derramada y busca secarse.
Lo que está claro es que el miedo es libre y el culillo es permanente, por eso esa preferencia con los militares, ya que los médicos tienen la sabiduría para curar el enfermo, los maestros la educación para formar el pueblo y los obreros la disposición para el trabajo, pero los militares tienen los sables y el que está en Miraflores tiene el espanto por dentro.
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