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Caracas, Dtto. Capital, Venezuela
La participación de los oyentes y las denuncias forman el plato fuerte de PLOMO PAREJO. Conducido por el polémico Iván Ballesteros que se caracteriza por descubrir, analizar y difundir temas que conmocionan el acontecer político a través del contacto con sus protagonistas. Sus secciones ya son todo un éxito: “Plomo y Candela” con Ballesteros y la periodista Patricia Poleo, “Misión Imposible”, "El Jalabolas", "Qué hace Chávez con el dinero de los pobres" han dado mucho de qué hablar.

Frases de dictadura.

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"Cuando el gobierno viola los derechos del pueblo, la insurrección es el más sagrado de los derechos y el más indispensable de los deberes”. Marqués de Lafayette.

Programa Plomo Parejo íntegro del día 03/04/2014

lunes, 31 de octubre de 2011

El chavismo sin Chávez ya está gobernando

Las declaraciones del Secretario Nacional de Organización Política del PPT, Rafael Uzcátegui, dadas el miércoles pasado en el programa “Toda Venezuela” en Venezolana de Televisión, en el sentido de que “En el PSUV el debate de un chavismo sin Chávez ya es real”, es evidente que rozan uno de los epicentros de la política venezolana actual, aquel a partir del cual se discute la posibilidad de que Chávez salga de juego sin llegar a ser candidato en las elecciones presidenciales del 7 de octubre del 2012, o si llega y es candidato, que aun después de salir electo, tenga que delegar o renunciar al poder.

los-monitos-de-la-politicaManuel Malaver
La Razón/ ND 30 Octubre, 2011

Uzcátegui es un curtido líder de la izquierda histórica radical venezolana, dirigente juvenil de “CAUSA R” a finales de los 80 cuando el partido se acercó y apartó de la conspiración chavista, y por tanto, de los pocos causarristas que acompañó a Pablo Medina y a Alí Rodriguez en la espera de unos fusiles que les entregaría Chávez el 4 de febrero de 1992… que nunca llegaron.
No obstante, Uzcátegui, se mantuvo en el partido fundado por Alfredo Maneiro hasta la separación de Medina, Rodríguez, Istúriz y Albornoz para crear lo que ahora se llama el PPT (también dividido desde el año pasado por la decisión de su dirección de romper su alianza con el gobierno), pero ya en circunstancias de que es un hombre de la revolución “a secas” y con más vínculos con el chavismo y el PSUV que con las que fueron sus organizaciones formatrices.

De ahí que hable con conocimiento de causa, por manejar información de primera de un partido como el oficial donde se le considera como “militante adoptivo”, y desde el cual, no es extraño que reciba “encargos” de parte de grupos y facciones en pugna sobre la situación que se vive en el país, en el gobierno, en el partido y hacia qué metas debe orientarse la misma.
“De grupos y facciones” que ya tienen y ejercen sus parcelas de poder, que imponen su ley independientemente de lo que diga el PSUV y el Comandante en Jefe, pues demasiados problemas tienen “en el centro” con la posible baja del caudillo de la revolución y de la vida, como para percibir que en tal estado o región mandan “otros”, y no “ellos”.

Y es en tanto, por lo que decimos que “El chavismo sin Chávez ya está gobernando”, trazando, delineando y ejecutando estrategias que les permitan a los diferentes grupos lograr la mejor posición a la hora de proceder a repartir los despojos de un proceso que, por lo menos, en su aspiración original de restaurar el socialismo de signo totalitario en Venezuela y América Latina, resultó un fracaso.
Creemos que en este escenario se inscribe también “el caso de doctor Navarrete”, igualmente chavista, socialista y revolucionario, que luego de atender al presidente, Chávez, en una emergencia de salud en el 2002 y ser “el doctor” de la familia Chávez, salió hace 3 semanas a dar las sensacionales declaraciones donde, al par de denunciar “el cautiverio” en que tienen los médicos cubanos al jefe de Estado en un trance de salud en que sólo debería ser atendido por especialistas venezolanos, hace críticas a la piratería del tratamiento y establece que Chávez tiene una expectativa de vida de “sólo dos años”.

Pero, igualmente, y sin duda de manera fundamental, Uzcátegui y Navarrete, coinciden en lo mismo: Chávez está enfermo y sin posibilidades de regresar a la política activa en lo que le resta de vida, por tanto, debe discutirse sinceramente su salida del gobierno, su sustitución por una autoridad legítimamente constituida, y el nombramiento y unción de un sucesor o heredero que sea el candidato del gobierno y el PSUV en las elecciones presidenciales del 7 de octubre próximo.

Y si no, ya pueden imaginarse los choques, peleas callejeras, caimaneras, rebatiñas, puñaladas traperas, minigolpes de salón o a plena sabana entre las facciones de un colectivo que han sido entrenadas para todo, menos para respetar las normas, las reglas, las leyes, o cualquier mandato que no proceda por delegación del carisma del líder que ya no estará entre ellos.
Pero ¿cuáles son esos grupos y facciones, quiénes los dirigen, dónde están sus seguidores y hacía que ángulo del espectro chavista enfocan sus mensajes cifrados y no tan cifrados?
Por supuesto que aquí hay menos información y datos que certifiquen la existencia y el fluir de las tendencias, si bien, hay indicios, testimonios y hasta pruebas de por dónde “jumean” los actores y escenarios en que se desovillará el drama (o los dramas) del chavismo futuro:

Una primer señal detecta al asambleísta, exgobernador, exministro y exvicepresidente, Diosdado Cabello, trabajando a todo dar porque se conozca la verdad sobre la enfermedad de Chávez y cuáles deberían ser los nombres de los líderes llamados a sucederlo, que, desde luego, están encabezados por él.
Se trata de una tendencia con indudable pegada en la FAN, pero más específicamente, en el Ejército, con influencia en instituciones como el TSJ, la Fiscalía General de la República, la Defensoría del Pueblo, cuerpos de seguridad del Estado, y menos respaldo en las gobernaciones, alcaldías, el PSUV y la AN.

Frente a los “cabellistas”, los llamados “talibanes”, y los cuales comprenden gente tan diversa como Adán Chávez, Elías Jaua, Rafael Ramírez, Jorge Giordani, Freddy Bernal, Carlos Escarrá, Francisco Arias Cárdenas, Tareck El Aisami, Héctor Navarro y Fernando Soto Rojas, entre otros.

Por último, estarían los “terceristas”, liderados por, Alí Rodríguez, quien al igual que Cabello y Adán Chávez, aspira a la sucesión, angustiado porque un gobierno del primero signifique el ascenso a la presidencia de un sector militar “derechizado” y con tendencias a llegar a acuerdos con la oposición y los Estados Unidos; o del segundo, empeñado y fanatizado por darle continuidad sin cambios a una política revolucionaria que tiene la economía y la infraestructura del país al borde del colapso.
Con Rodríguez: Nelson Merentes, Arístóbulo Istúriz y Jorge Rodríguez, con algún respaldo en el TSJ, pero más en la AN y la burocracia conectada con los ministerios de infraestructura, y desde afuera, con José Vicente Rangel y Henry Falcón.

Y contra todos, y aspirando a representar “lo mejor” de todas las tendencias, y a rechazar “lo peor”, el canciller, Nicolás Maduro, esforzándose por ganarse el apoyo de los cubanos y de la comunidad internacional, y sobre todo del presidente Chávez, quien sigue deshojando la margarita entre sus amados, Nicolás y Adán.

El presidente, Chávez, el otrora todopoderoso presidente de Venezuela, Norte, Centro y Suramérica, reducido ahora a las cuatro paredes de un viejo palacio del siglo XIX, entrado en años, enfermo de cáncer, con un diagnóstico incierto y mantenido en secreto, y solo permisado para hacer visitas breves y casi furtivas a reuniones políticas de no más de una hora, entre correligionarios que también deben apurarse en saludos, aplausos, o presentaciones ceremoniales.
Claro que también puede hacer llamadas telefónicas a programas de televisión o radio, en los cuales puede explayarse un poco más para darle la impresión a sus seguidores, y así mismo de que, como dice una canción mexicana que tanto canta y repite: “Sigo siendo el rey”.

Pero en realidad, aislado, ya sin relación orgánica con el gobierno, el partido y las masas, a los cuales sólo llega a través de inspiraciones mágico-religiosas como esa de que “mi curación es un milagro del doctor, José Gregorio Hernández”.
O de mandar a hacer santuarios, altares y capillas por todo el país, donde se realicen rezos, rogativas y misas por su salud, y ver si desde alguna de ellas puede oírse otra vez la voz de Jesús ordenando a un difunto que tenía 3 días sepultado:
“!Hugo, levántate y anda!”

1 comentario:

maria jesús dijo...

Que vagabundería si la oposición se tranza a lanzar puentes de plata con esa gentuza chaburra que han cometido tantos crímenes tantas aberraciones tantos robos han armado a cierta población malandra para azote de los más desamparados les han cogido por orden del hoy canceroso que tiene la cabeza como un cochino chillando propiedades que se le antojen han regalado nuestro dinero han vendido a la patria a los cubanos iranies bielorrusos y todo cuanto bicho de uña hay los odio no me interesa hermanos ni nada ellos también se han prestado para la vagabundería los presos políticos que sido vejados y humillados la muerte de Franklin Brito etc etc no tendrán perdón de Dios y Venezuela continuará hundida tiene que haber justicia.

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