Mientras la nueva ministro de Exteriores de España aseguraba en el senado de su país nada más y nada menos que aquí no hay presos políticos sino partidos políticos que lo afirman, en Venezuela la Sala penal del Tribunal Supremo de Justicia aprobaba la solicitud de extradición del General Nestor González González gestionada por la Fiscalía que basada en el conocimiento de una citación del juez de la Audiencia Nacional de España, Eloy Velasco, el próximo 15 de noviembre, constata así que es evidente que se encuentra en España y es requerido por “la justicia venezolana” desde julio del 2006.
El presunto delito que se le imputa a Nestor González González es el de rebelión civil que tiene una pena entre 12 y 24 años de cárcel. Con una celeridad nada comparada con la dilación tomada por el gobierno de Hugo Chávez en cuanto a Cubillas se refiere, y las declaraciones de la ministro española, uno no puede hacerse más que una pregunta: ¿Cuál es el convenio aquí? Porque si esta acusación de “rebelión civil” a un general no es la misma imputada a Hugo Chávez, sería una necedad desconocerlo. Ya sabemos como es y cuan intencionada es la conducta de la ministro que sigue una línea política fijada, rígida. Las contradicciones están a la orden. La diferencia aquí y ahora es de principios, de hombres. Mucho más exigente, más adolorido y más profundo. El juez omnipotente es Hugo Chávez, que tiene por años a los comisarios en la cárcel contraviniendo todas las leyes porque es una vendetta personal y González González, como Mendoza de la Polar, o Zuloaga de Globovisión, son “clavos” metidos hasta el final en un alma obscura y vengativa. 
Más que los hombres o los nombres o el rango, son los medios, las fuerzas armadas, las industrias. El soldadito gris que me acercaba el taburetito para no mover el micrófono cuando llegaban a mi lado cadetes más altos que yo, transpiraba ya el odio a lo que nunca pudo tener, ganar por si mismo y un golpe de suerte y un caldo de cultivo de degradación y mediocridad, le alcanzaron para traicionar a millones de venezolanos abrumados y desesperados. Traición que adormeció por tenebroso tiempo la voluntad nacional para madurar con la voracidad militarista y personal de un hombre enloquecido. España, hoy, tendrá mañana que rendir cuentas a un mundo que para su destrucción, sólo necesita que su recurso humano sea mutilado en sus valores y esperanzas. Nestor González González, general venezolano y Cubillas, terrorista español. Protagonistas hoy, en la Venezuela de Chávez. 
- Isa Dobles
- dobisa@cantv.net
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