Sept.29, 2010
Al rojo vivo
Luego de las elecciones del 26S ha quedado al rojo vivo la perversión de un Poder Electoral y de una Asamblea Nacional subyugados a Miraflores.
Por un lado, queda claro que los cuatro ángeles de Chávez en el Consejo Nacional Electoral no dejaron nada por hacer, y por deshacer, para saciar las ansias de hegemonía del primer mandatario. Por otro, quedó al descubierto en su mayor expresión, la malignidad de la Ley Orgánica de Procesos Electorales aprobada por mayoría chavista en mayo de 2009.
Al obtener el PSUV 58% de los escaños con el 49% de los votos, quedó al rojo vivo cómo esta Ley arrasa con la garantía constitucional de la representación proporcional de los electores en el Poder Legislativo, la cual ha sido respetada en toda legislación anterior.
La Ley anterior garantizaba la distribución de votos por lista de las organizaciones políticas tomando en cuenta los resultados de los votos uninominales. Para dar un ejemplo, se supone un estado que elige tres diputados (dos nominales y uno lista). Bajo la ley anterior, si el partido A sacaba 70% de los votos y el B 30%, los dos candidatos nominales los capitalizaba el partido A, y el candidato por lista tocaba al partido B. Así se lograba la representación proporcional de los electores. Pero, con la Ley de Chávez ahora el partido A se agarra los tres candidatos.Con esa violación a la representación proporcional, el PSUV se alzó de un solo golpe con 10 escaños adicionales, los cuales no hubiera tenido con la ley anterior.
No conforme con esta perversión el CNE, amparado en la nueva Ley, salamandralizó las circunscripciones electorales y las reagrupó a discreción a favor del chavismo. Con ello, le pasó otros seis diputados adicionales al PSUV.
En consecuencia, a pesar de una votación favorable a los candidatos de la Mesa de la Unidad Democrática, el PSUV obtuvo más escaños. Hasta ahora el PSUV va contando 97 curules y no los 81 que le hubieran correspondido si se respetara la representación proporcional que establece la Constitución Nacional.
A las distorsiones de la Ley y sus reglamentos, del CNE le agregó una más con el evidente sesgo y manipulación, al dar los resultados no sólo con seis horas después de las dos prometidas, sino al darlos por curules y no por número de votos.
A esto se le suma que en el oficialismo persiste la agresividad y la prepotencia de los que no tienen razón, ni el apoyo de la mayoría.
Una muestra de ello la dio el presidente Chávez, cuando reaccionó con total despropósito ante la pregunta de la corresponsal de Radio Francia Internacional, que se hace todo el mundo, ¿por qué con menos votos el PSUV tiene más diputados? Si no fuera por lo serio de la materia, su respuesta hubiese recordado a Cantinflas.
Veneconomia
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