La justicia se caracteriza por darle a cada quien lo que le corresponda, pero cuando se trata de la justicia revolucionaria vemos lastimosamente como el derecho es aplicado en forma acomodaticia.
Como ejemplo podemos mencionar, entre muchos de ellos, cuando miles de internos claman por celeridad procesal, lo que ha llevado a cientos de motines en los últimos 10 años, miles de muertos debido al hacinamiento y la ausencia de una política criminal, sin embargo cuando se trata de aplicar la justicia roja rojita, la celeridad es digna de admirar.
Lo que significa que si se puede, aquí la premisa que cobra fuerza indudablemente es que no los mueve el espíritu de justicia, sino el espíritu de venganza, porque no
podemos pensar en justicia cuando vemos acciones como las tomadas por el Juzgado 12 de Primera Instancia de Protección de Niños, Niñas y Adolescente en contra del diario El Nacional y de los medios en general.
Vemos como un sector de nuestra sociedad (el gobierno) se desespera por una foto, siendo un hecho real, lastimosamente, que la morgue principal de los servicios forenses colapse, en especial los fines de semana, pero mas que una foto nuestros niños, niñas y adolescente de las clases populares cada fin de semana en sus barriadas, donde están al acecho de la delincuencia, observan hechos de violencia peor de lo que pudiéramos observar en una fotografía, ya que se vive, se sufre en carne propia, donde para ellos un tiroteo es lo mas normal del mundo, donde lo primero que consiguen son armas para sobrevivir. Ni pensar del hambre que pasan, cuando se pudren toneladas de alimentos, que por cierto no se averigua con la celeridad que se merece tal hecho, público y notorio por demás.
Vimos igualmente como los funcionarios del Servicio de Medicatura Forense reclamaron respeto a su trabajo, señalando que era científico, situación que nadie ha negado y además todos apoyamos, pero si con la misma vehemencia solicitaran respeto del gobierno, tuvieran el personal y los recursos necesarios y no tuvieran que laborar en las condiciones en que laboran y menos tener que ver personalmente un hecho dantesco como lo que observamos en una fotografía.
En otro contexto, legalmente hablando, el mantener “arrumados” los cadáveres como son vistos en la fotografía publicada en los diarios El Nacional y Tal Cual es un delito ya que al colocar un cuerpo en un suelo distinto al sitio donde ocurrió el hecho o al lado de otro cadáver ajeno al caso que se investiga sin tomar las medidas de seguridad correspondientes, automáticamente y por transferencia se corre el riesgo que se modifique o altere evidencias que sirvan para resolver o desviar una investigación ya que podrían adherirse elementos, sustancias, cuerpos extraños etc. que por acción u omisión alterarían el curso de la investigación de un hecho punible.
Voceros del gobierno prohíben que este tipo de reseñas fotográficas sean publicadas ya que van en contra de la moral y la psiquis de los menores de edad, pero cuando los jefes policiales presentan a los medios de comunicación personas detenidas con sus rostros totalmente cubiertos con capuchas negras y amarrados cual trofeo de caza no solamente torturan al que observa dicha “práctica policial” avalada por el Ministerio Público si no que también torturan al detenido y violan la Constitución de la República Venezolana ya que esta prohibido exponer al escarnio público a un detenido sin el consentimiento del mismo, pero nadie dice nada.
Cuando el Director del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas aparece inmiscuyéndose en un sitio de suceso y manipula evidencias (armas, drogas, etc.) como si fuera un investigador más sin estar habilitado por el Ministerio Público o tribunal penal alguno como pudimos ver en el allanamiento a Zuloaga o la detención de uno de la banda Los Invisibles, y que posteriormente dicho funcionario no aparezca mencionado en actas como funcionario actuante, eso también es un delito, pero nadie se preocupa ni abre averiguaciones al respecto y mucho menos se abren cuando en cada aparición de nuestro Presidente de la República, realiza apologías al delito, insta al odio, agrede, arremete y realiza imputaciones alegremente. De eso si debemos preocuparnos, pero ante estos hechos tapamos el sol con un dedo, dejando creer que por no ver una fotografía desaparecen los hechos y todo se queda en sensación.
Jackeline Sandoval de Guevara
Directora Ejecutiva de la Fundación para el Debido Proceso (Fundepro).
Referencia caso El Nacional.
Gracias de antemano
Donagee Sandoval
Fundepro
Imagen: Caricatura de Weil 08/18/2010
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