¡La amoralidad y la corrupción, pudrieron a Venezuela…! Una nación inundada por cataratas de petrodólares, arrastrada y convertida por la ignorancia y la incapacidad en zona de desastre, la insalubridad la amenaza con epidemias y enfermedades que son letales para el alma y para el cuerpo. Toneladas de “cadáveres” de alimentos y medicamentos, como zombis se levantan… salen de sus tumbas, asustando a la revolución del chantaje, del soborno y de la aniquilación. ¡Espantan! a los que de buena fe creyeron en un Socialismo de Siglo XXI y convencidos ya están, que esto no es otra cosa que un comunismo feroz y codicioso, sepulturero e incinerador de libertades y alimentos. Un comunismo, que sin escrúpulos redujo a cenizas, la certeza de un pueblo petrolero, a obtener (como siempre obtuvo) el pan de cada día, sin condiciones, ni libretas de racionamientos. Un suceso tan penoso y lamentable, impacta con gran intensidad la fibra emocional del venezolano. Es imposible soportar por más tiempo, a una caterva de irresponsables, que han convertido en cadáver maloliente a una tierra bendita, a la que despojaron de su aroma a café, a cañaverales, a leche recién ordeñada, a campo sembrado de frutos.
¡Se pudrió Venezuela!... porque no se puede jugar con un país a la ruleta rusa, inventando o copiando un destino contrario al progreso y al desarrollo; ni mucho menos “asesinar” el trabajo de cientos de miles de hacedores de bienes y servicios. Tampoco… maldecir, ni perseguir, con el hacha injusta de las cavernas, a los que aportan capital, trabajo, sacrificios y éxitos, únicamente para demostrar el gobernante… ¡que es poderoso!... Es aberrante, una revolución que roba, que se apodera, para abandonarlo o aniquilarlo luego, lo que costó siglos de esfuerzos construir, sólo por el placer orgásmico de mantener en vilo a una población exhausta e indefensa.
- El descubrimiento del cuerpo del delito del reciente crimen, los malos aires que llegan de Andorra, el petróleo vertido en el Lago de Maracaibo, el inminente deceso de Franklin Brito y el reclamo internacional por la prisión de la Juez María de Lourdes Afiuni, han exaltado los miedos del que sirviéndose de un poder absoluto, pretende tapar la indignación y el horror de tan pestilentes hedores, decretando nuevas “expropiaciones” y ordenando a los ejecutores de los trabajos sucios del Comunismo del Siglo XXI, la detención del presidente de Globovisión.
Pero… como “no hay mal que dure cien años”, las turbulencias en las que hemos sobrevivido por más de once años, se irán despejando… Apuntará el día de la resurrección… Un nuevo amanecer nos volverá a nuestras tradiciones, valores y principios. Mientras llega la aurora, las fuerzas oscuras de la traición, la envidia, la codicia y los deseos de venganza, ¡no descansan!... se mueven implacables impulsadas por el terror a perder el mando… por el miedo al castigo. El mal, ondea cual serpiente acechando, atacando la resistencia de una sociedad civil que ha luchado y lucha por frenar la destrucción moral, física y económica, de una Nación apaleada y lanzada al infierno.
- Ese tropel de militares golpistas, de ancianos ex guerrilleros, de oportunistas y aprovechadores de los dineros públicos, esos “hombres nuevos” carentes de humanidad y de escrúpulos, que han permitido que se corrompieran alimentos y medicinas, sin duda alguna desatará, una ofensiva, con el objetivo evidente y perverso de no permitir las elecciones de septiembre. Llegó la hora de arrojar al purgatorio la apatía, la indiferencia, el desamor por la madre tierra, de cobrar las nauseas de un régimen desprovisto de moral y ética, que ha convertido un territorio de glorias patrias, en cementerio de alimentos y de medicinas. Nauseabundas corruptelas, que jamás habían ocurrido, ni en dictaduras, ni en democracias.
- ¡Compatriotas! llegó la hora del pensar profundo, de rescatar moral, libertad y luces, de luchar por el respeto a la Constitución y a la dignidad ciudadana. Venezuela espera que sus buenos hijos le devuelvan el aire a sus pulmones y los latidos a su corazón. Es urgente encontrar hombres de Estado, no necesitamos hombres de partido.
- Myriam Obadía
- Abogada venezolana
- mybuho7@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario