Y DE REPENTE, VEINTISEIS MILLONES DE VENEZOLANOS SE DIERON CUENTA QUE NUNCA HABIAN SIDO CHAVISTA,
Excelente Artículo de Brunilde Sanso (Hija de Hildegard Rondón y
cuñada del Ministro Ramírez)
Imagínense!
Este es solo un capítulo del libro que Brunilde Sanso (venezolana, ida
a Canadá, cuñada de Rafael Ramírez (Min. Energía), hermana de la
Presidenta del Grupo de Arte La Estancia Beatriz Sanso e hija de
nuestra Embajadora en Roma Hildegard Rondon) esta escribiendo sobre la
historia actual de nuestro país. No se lo pierdan. ¿Será que ahora
ellos también son oposición? Será que esta es la intransigente de la
familia?
La autora de este artículo es nada más y nada menos que la hija de la
ex-Magistrada de la antigua Corte Suprema de Justicia y flamante
suegra del rojito Ministro Ramírez, Hildegard Rondó de Sansó, y
hermanita por supuesto de Beatrice Sansó, esposita del Ministro. Una
muestra de lo que hace el régimen por la familia venezolana. Saludos,
Camisas rojas y teléfonos blancos
Dedico este escrito a la memoria de mi papá, Benito Sansó, quién me
enseñó a desconfiar De camisas monocolor y de teléfonos blancos.
Mi papá odiaba el fascismo.
La repulsión que sentía ante cualquier idea, personaje o situación que
oliera a fascismo eran proverbiales. Quizás era porque había nacido en
plena era fascista y le había tocado crecer en la Italia de la
postguerra.
Irónicamente lo habían bautizado Benito, como a millones de sus
contemporáneos, pero en su casa siempre lo llamaron por su segundo
nombre. Al preguntar, entonces, porqué sus padres lo habían llamado
Benito, mi papá me explicaba que el estado fascista incitaba a que se
tuvieran muchos hijos, para poblar el 'Imperio', y, si los niños eran
varones, en particular si eran hijos de trabajadores del estado,
estaba 'bien visto' que fueran bautizados con los nombres relacionados
con el régimen.
Abundan, de hecho, los italianos de esa edad llamados ' Benito', '
Romano', 'Umberto', 'Vittorio' o ' Bruno'.
¿Pero, porqué habiendo en casa de mi abuela tantos varones, todos
nacidos en años sucesivos, le había tocado justamente a mi papá
ganarse la lotería del nombre?
De hecho, aunque el fascismo se había instaurado en Italia en los años
20, nunca antes ninguno de mis numerosos tíos había tenido que ser
bautizado tomando en cuenta tales conceptos.
Aunque nadie me lo aclaró antes, un poco de historia me ha hecho
encontrarle la explicación.
Mi papá nació en el 38.
El 38 fue el año fetiche que marcó el recrudecimiento del fascismo, el
fortalecimiento de la alianza con Alemania y la promulgación de las
leyes raciales italianas. Es en el 38 entonces que se institucionaliza
la persecución contra los judíos, las confiscaciones de bienes, los
despidos obligatorios, las prohibiciones de enseñanza por hebreos y la
de educación de niños hebreos en escuelas del estado. Más tarde, bajo
la influencia creciente alemana, vendrán los trabajos forzados en
campos de concentración y las deportaciones masivas de judíos hacia
Alemania. Pero es en el 38, y en los pocos años que lo preceden, que
el fascismo, que se había instalado como un concepto nacionalista en
los años 20 y cuyo fundador, Mussolini, había sido incluso un líder
socialista, pasa a mostrar plenamente la cara de régimen totalitario
en el que se persigue a intelectuales y se militariza la sociedad.
A pesar de que en Venezuela no se ha llegado a esos extremos, no es
difícil hacer un paralelo con la evolución que se está viviendo en el
país.
El proceso gira alrededor de un líder carismático que al principio
convence al pueblo a seguirlo, identificando fallas en el sistema que
cualquiera puede reconocer que existen. Su discurso inicial se
aprovecha de la incertidumbre política y social del momento y llama al
sentido común y a la eliminación de antiguos privilegios. Una vez en
el poder, el líder manipula el Estado de derecho destruyendo la
institucionalidad. Infiltra el ejército con su doctrina, modifica
leyes y promulga otras para, incluso, obtener mayorías totalmente
artificiales que le permitan proseguir su conquista del poder
absoluto. Mientras tanto, utiliza los recursos del Estado
exclusivamente para fines populistas que garanticen su popularidad,
independientemente de las repercusiones a mediano y largo plazo para
el país. El líder se vuelve cada vez más ávido de poder, ante una
oposición débil que no sabe organizarse para hacerle frente, que
cuestiona las elecciones y que incluso abandona su puesto en el
parlamento. El líder conoce la importancia de la propaganda y, para
tal fin, cuida su figura y sus discursos y utiliza abundantemente los
nuevos medios audiovisuales, el cine y la radio, así como todos los
recursos mediáticos del Estado, para seguir ensalzando su imagen. El
régimen se ocupa de irse apoderando de los medios de comunicación,
censurando y cohercionando a sus directivas, pero quiere seguir dando
la idea de que existe una prensa libre y libertad de expresión.
Pronto la noción de partido único se impone y aquellos funcionarios o
maestros que no pertenezcan a tal partido son desterrados de sus
puestos y algunos de sus hogares. Pronto también el Estado y el
partido se confunden, ya que ambos engendran una misma doctrina. Se
dice que tal doctrina, que está íntimamente ligada al líder mismo,
será la que remplazará a todas las otras, la nueva doctrina política
del siglo XX. El régimen se ocupa particularmente de la educación y,
desde pequeños los niños deben entender que son tan sólo un engranaje
en la compleja maquinaria cuyo único objetivo es la preservación de la
sociedad dentro de los nuevos cánones doctrinarios. La educación
requiere que la sociedad se divida en grupos semi-militarizados, cada
uno con un objetivo claramente definido por un Estado todopoderoso que
obedece al líder. La identificación ideológica es inquebrantable y se
manifiesta mediante vestimentas de un color preciso, el negro, que se
vuelve omnipresente en todos los actos públicos. La disidencia es
perseguida y muy pronto la diferencia también lo será.
Ahora bien, en nuestro mundo criollo, no se habla del fascismo del
siglo XX, sino de socialismo del siglo XXI y las camisas no son
negras, sino rojas, pero los mecanismos de toma del poder y el camino
hacia el totalitarismo fascista están claramente delineados.
Hace muchos años fui a ver por primera vez la película ' Telefoni
Bianchi' que narra la subida y la caída del fascismo vista por una
actriz cercana al régimen que vivió durante algunos años la vida
brillante de aquellos que se embriagan con el poder.
Al salir del cine, le pregunté a mi papá cuál era el significado del
título. Me explicó que en aquel entonces pocos tenían acceso a
teléfonos y los pocos que habían eran negros. Los teléfonos blancos
eran entonces un lujo exuberante que sólo aquellos muy ricos o muy
allegados al poder podían gozar.
Al final de la película, después de la caída de Mussolini, la
protagonista que vivió durante años con abrigos de pieles y teléfonos
blancos se ve sola, pobre y abandonada y dice una frase que se me ha
quedado grabada todos estos años.
' Y de repente, cuarenta millones de italianos se dieron cuenta que
nunca habían sido fascistas'.
De la misma manera, en algún momento, cercano o lejano, en un año o en
veinte, aquellos que habrán vivido entre camisas rojas y teléfonos
blancos, se pararán a reflexionar sobre el estado del país y el estado
de sus vidas y se dirán.
'Y de repente, veintiseis millones de Venezolanos se dieron cuenta que
nunca habían sido Chavistas'.
'El socialismo es la filosofía del fracaso, el credo de la ignorancia, la prédica de la envidia, y su virtud inherente es la distribución igualitaria de la miseria'.
Sir Winston Churchill
1 comentario:
Iván, por favor publica el escrito original, el preámbulo y la frase de Churchill fueron agregados a través de mails anónimos.
Abajo te dejo el url original.
Gracias!
http://cuentosintrascendentes.blogspot.com/2007/01/camisas-rojas-y-telfonos-blancos.html
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