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La participación de los oyentes y las denuncias forman el plato fuerte de PLOMO PAREJO. Conducido por el polémico Iván Ballesteros que se caracteriza por descubrir, analizar y difundir temas que conmocionan el acontecer político a través del contacto con sus protagonistas. Sus secciones ya son todo un éxito: “Plomo y Candela” con Ballesteros y la periodista Patricia Poleo, “Misión Imposible”, "El Jalabolas", "Qué hace Chávez con el dinero de los pobres" han dado mucho de qué hablar.

Frases de dictadura.

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Programa Plomo Parejo íntegro del día 03/04/2014

martes, 20 de abril de 2010

JENNIFER OTRA VÍCTIMA DEL CHAVISMO por J. Chaffardet


El pasado 5 de abril (http://www.analitica.com/va/politica/opinion/8080106.asp), escribí sobre el caso del boxeador Edwin Valero, quien luce en su pecho un tatuaje con la cara del Iluminado de Sabaneta y como fondo la bandera nacional, expresión de un imborrable jalabolismo. Este tatuaje le ha permitido a Valero cometer una cadena de delitos y no ser sometido a la acción de la justicia. La mayoría de los delitos cometidos por este sujeto tuvieron como víctimas a mujeres indefensas y aterrorizadas por su violencia. Hasta la fecha, su madre, su hermana y su esposa habían sido víctimas de brutales golpizas por parte del boxeador.

Pero su tatuaje y su declarada militancia chavista, le garantizaron total impunidad y sumergió a sus víctimas en un estado tal de terror, que en cada ocasión, tras sus amenazas, negaron haber sido agredidas por él. En todos los casos la representación Fiscal influida por el tatuaje y su significado, no adelantó las investigaciones forenses que se requieren para determinar la naturaleza de las lesiones presentadas por las víctimas y la determinación de las responsabilidades correspondientes. El siguiente es record delictivo más reciente de Edwin Valero y la impunidad de que ha disfrutado.

El 2 de Febrero de 2007, Edwin Valero fue detenido en la población de El Vigía, Estado Mérida, por funcionarios adscritos al Destacamento de Comandos Rurales Nº 19 de la Guardia Nacional por porte ilícito y ocultamiento de armas. El día 3 de Febrero fue presentado ante Juzgado 4º de Control de El Vigía y el Ministerio público solicitó que se le pusiera de inmediato en libertad plena, pues a pesar de que Valero reconoció que el arma era suya, el Ministerio Público alegó que eso no se había demostrado. Y ese mismo día fue dejando en libertad.

En abril de 2009, Valero fue señalado como el autor de un disparo que hirió a su esposa en una pierna, alegó que el disparo había sido hecho por desconocidos a bordo de una motocicleta. Por supuesto no hubo investigación ni su esposa acobardada por su violencia e impunidad denunció los hechos.

El 6 de julio de 2009, Valero fue nuevamente detenido, esta vez por la Policía de Ejido por porte ilícito de armas y seguramente abrió su camisa para mostrar su licencia para delinquir: la imágen del Iluminado tatuada en su piel. Fue puesto en libertad y no hubo investigación alguna ni cargos por parte del Ministerio Público.

Luego en Septiembre de 2009, fue nuevamente detenido por golpear brutalmente a su MADRE Y A SU HERMANA y otra vez fue puesto en libertad, a decir de las autoridades, "porque su madre y su hermana negaron la agresión..." seguramente para evitar otra golpiza del autorizado para agredir y delinquir por sus méritos de insigne jalabolas.

El 23 de marzo de 2010, cometió otra de sus fechorías, cuando agredió salvajemente a su esposa Jennifer Viera, quien presentó fractura de varias costillas, neumotórax bilateral y múltiples hematomas, según informó el parte médico. Los médicos y enfermeras del Hospital Universitario de Los Andes (HULA), donde fue recluida, fueron amenazados por Valero quien los conmiba a no notificar a la policía. Sus amenazas y la gravedad de las lesiones que presentaba Jennifer Viera, obligó a médicos y enfermeras a denunciar el caso ante el CICPC. Su defensa alegó que la señora se había caído de una escalera, lo que ella ratificó ante las amenazas del boxeador. Su abogada defensora alegó que la señora se había caído de una escalera, defensa acogida por el Fiscal del Ministerio Público, sin realizar ninguna experticia ni otra diligencia forense para determinar el verdadero origen de las lesiones. La representación Fiscal, en respeto al del tatuaje, concluyó diciendo que en vista de que la esposa no lo acusaba, el no podía solicitar una acción penal contra Valero, como si tal delito no fuera de acción pública y sin posibilidad de acuerdo reparatorio de conformidad con la ley. Con la velocidad del rayo el 29 de Marzo el Juez de Control ordenó que Valero, quien presentó síntomas de intoxicación etílica y drogas, fuera sometido a seis meses de rehabilitación en un hospital psiquiátrico.

Pero Valero nunca fue sometido a ningún tratamiento. Valero estaba en la calle. Este peligrosísimo delincuente quedó en libertad por ser un símbolo del jalabolismo chavista. Un psicópata, un perro rabioso, preparado para agredir, que por haberse tatuado en su pecho la imagen del mecenas de la violencia, Hugo Chávez, fue puesto en la calle sin importar el daño que podía continuar causando. Y como continuación de toda esa cadena de impunidad desvergonzada, ahora el gran jalabolas asesinó a puñaladas a su esposa, Jennifer Viera, en un hotel de Valencia.

Espero, como esperamos todos los venezolanos, que este asesinato no quede impune. Que no prevalezca nuevamente el jalabolismo sobre la justicia.

Y así como Edwin Valero, hay miles de delincuentes peligrosos delincuentes sueltos en las calles de nuestro país, donde solamente son condenados o llevados a juicio el 2% de los autores de los miles de homicidios de venezolanos que suceden cada año. La impunidad y la promoción del odio y la violencia que se hace desde Miraflores y multiplican los jerarcas y seguidores del régimen, son factor estimulante fundamental del baño de sangre que ahoga a Venezuela.

No nos sorprendamos si Valero sale en libertad después de este horrendo crimen. No nos sorprendamos si cualquier Fiscal del Ministerio Público o juez, o cualquier birlibirloque del derecho, tipo Carlos Escarrá, inventa cualquier disparate jurídico para dejar en libertad a este valiente “combatiente” igual que como se dejó en libertad a los pistoleros de Puente Llaguno.

Jennifer Viera, como las víctimas de la masacre en la marcha del 11 de Abril de 2002, es otra víctima de la impunidad chavista. Paz a los restos de Jennifer y prisión para Valero.

JOAQUIN F. CHAFFARDET
Jchaffardet@gmail.com

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