Opiniones
Publicado el 18.03.2010 11:40
Por Isa Dobles
Ahora, en este nuevo capítulo de esa “culebra” que es esta “diplomacia” entre España y Venezuela con obscuros protagonistas asomándose por todos los rincones, una de esas declaraciones típicas de Chávez es titular en las noticias recientes, otra más de esas que llenarían las páginas de un Guinnes: “Zapatero pone en peligro las relaciones con Venezuela”. No es que él ha hecho pública su relación con terroristas, que es solidario con el Chacal hasta exigir su extradición, que su admiración por los terroristas de las FARC son en su quehacer político y presidencial la constante. Que tiene además testimonios irrebatibles en estatuas a Marulanda en espacios populares; que los venezolanos hemos sido todos testigos de las visitas de Iván 
Márquez, porque él mismo ha alardeado en la puerta del Palacio de Miraflores de ese encuentro.Que hemos visto el apoyo entusiasta con que exhorta a cambiar el status de las FARC para que se integre al orden político internacional, hemos sufrido con vergüenza los insultos al Presidente de Colombia así como hemos visto la diferente actitud del gobierno chavista abrazando a los terroristas que devolvían secuestrados. Y como si todo fuera poco para dar la exacta imagen de este hombre fuera de sí que se niega a aceptar culpa alguna de sus actos o siquiera reconocer sus desatinos, otro titular da cuenta de lo que es ciertamente parte de todo esto: los graves desórdenes de personalidad del “Comandante en jefe de las Fuerzas libertarias de la Humanidad” como aseveró pomposamente Evo Morales.
Ante su declaración ligera y entre risas nerviosas de “haber recibido en La Casona a Raúl Reyes por sugerencia del Presidente Pastrana”, éste contestó a través de su entonces Comisionado de Paz: “Ni el Presidente Pastrana, ni el gobierno colombiano, ni el Canciller entonces ni yo como Comisionado de Paz autorizamos ninguna reunión con Raúl Reyes. Al Presidente Chávez le falla la memoria”…En esos días Chávez estaba loquito por ir a encontrarse con las guerrillas, esa era una cantinela diaria. Chávez se la juega. Cuenta con que los que todavía le creen lo hagan. Y supone que Pastrana no logrará tumbar su versión. Pero es parte de esa ceguera enfermiza que no le permite salirse de ese marco “glorioso” que ha construido con el poder. El está en otra dimensión: “Yo no tengo que darle explicaciones a nadie en este planeta”. Allí está. En un planeta propio, sentado en un trono con Bolívar a su derecha y Fidel a su izquierda. Mientras, Caracas es un infierno. Aquí es el diablo. Sin
posibilidades de lluvia, sin que los aviones invisibles ordenados por él logren lluvia con su bombardeo incesante a indiferentes nubes ¡nos ahogamos de calor! No podemos utilizar aire acondicionado ni exagerar ventiladores porque nos multan en el cobro de luz. Tenemos que pagar por los errores de los incapaces. Y el fin de semana, como si todo fuera poco, la suma de venezolanos asesinados en la capital, cuna del Libertador, llegó a 67. Hay que rebuscar entre cadáveres No hay harina de trigo, ni azúcar, escasea todo y si no escasea no se puede adquirir de lo costoso que está…Caen las exportaciones de Colombia a Venezuela en un 73% y los chavistas invaden la finca de los Quintero… Hay que borrar las mentiras que condenan al Comandante, hay que callar a Enrique Mendoza y Antonio Ledezma, hay que impedir que se sepa algo de Henry Falcón, que se nos ocurra entender la importancia de un Alfredo Romero, hay que callar Internet! Y la cadena servil actúa…allí están, Chávez se lo exige a la fiscal, la fiscal a la Asamblea, y así… Zapatero se pone en peligro él mismo. España está harta del folklórico militarote que se burla de sus muertos y su titubeante gobierno. Y Camilo Gómez se queda corto. A Chávez le falla algo más que la memoria.
Isa Dobles
dobisa@cantv.net
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