La escoba tirada sobre la alfombra gris. Los gatos negros miran compungidos mientras hierve el caldero de la bruja roja. Todo es murmullo en la escueta habitación en donde se cuecen maldades en nombre del socialismo del siglo XXI.
Una pequeña cartelera coloca como ídolos de los incesantes tabacos a Fidel Castro junto a Hugo Chávez. Se les ve sonrientes como presagiando que sus mentiras ideológicas cuentan con algún respaldo en sectores huérfanos de seso. Habría que carecer de raciocinio para embarcarse en una empresa tan espeluznante como lo es acompañar un proceso que se caracteriza por ser un tremendo fraude. Una mentira que tiene doscientos años cocinándole en la oscura salsa de su nulidad. ¿Quién puede sostener principios doctrinarios basados en una errónea visión del hombre en sociedad? Darle origen divino al acartonado pensamiento de Marx, es estar revolcándose junto con él en la fosa marmórea del espacio siete del cementerio Highgate de Londres. Retomar ideas seniles con el mundo existencial de las telarañas es vivir atornillado con el retrovisor en la espalda y el alma en vilo. El viaje del socialismo totalitario se encontró de pronto, con las polillas que la hicieron puré de conceptos holgazanes.
El presidente venezolano prefiere los sueños de la taimada que penetrar los caminos de internet. No le gusta que los venezolanos prefieran la computadora a sus cadenas bobaliconas. El comandante supremo desearía que los ciudadanos lo acompañaran tal como lo hacen cuando se colocan frente al teclado. El socialismo es perverso y hechicero. Vive fabricando mentiras para someter a las mentes inocentes. Es la encargada de aplaudir a los asesinos que se deleitan en la eliminación de sus adversarios. Observar la tenebrosa historia de los regímenes totalitarios es encontrarnos con capítulos verdaderamente horrendos en donde se irrespeta el derecho a vivir en libertad.
La bruja observa la bola cristal. Caen castañuelas entre el azulado reflejo de las paredes de vidrio y la mueca pícara de la timadora profesional. La revolución es un río incontenible de mentiras, la falsedad es el cromosoma principal que corre por el torrente sanguíneo del socialismo; parecen un traje impregnado de formol con pinceladas de naftalina. La revolución totalitaria marcha con su alma trastocada por tantas trampas que colocó en detrimento del sueño de los pueblos.
Hugo Chávez tiene el cóctel de la sacerdotisa en su lengua mordaz. El veneno que bulle en sus destempladas disertaciones hacen que cada día produzca más risa por sus payasadas que respeto por sus ideas.
Alza su escoba la bruja del socialismo del siglo XXI. Le gusta revolotear por encima del dinero mal habido. Cómo le encanta un guiso en donde queden unos milloncitos. Es que la revolución sólo sirve para malbaratar los recursos del pueblo.
Los brujos cubanos trabajan con premura, se apresuran a capturar al gato negro que sirve para calmar al atolondrado que ustedes conocen. Hace falta mucho conjuro para tranquilizar al hombre en su delirio lunático. Más de un pescuezo de gallina carne morada ha sucumbido en manos de los expertos afrodescendientes. En la búsqueda de someter al personaje que destruye la patria a favor del comunismo fracasado.
alexandercambero@hotmail.com
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Alberto Rodríguez Barrera
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