Puerto Cabello, marzo 11 (REDACTA).- Este jueves mientras se dirigían a sus sitios de trabajo o transitaban por la ciudad consultamos la opinión de varias personas sobre la presencia de 214 mercenarios cubanos, entre profesionales y obreros, en las instalaciones de Planta Centro y la amenaza que se cierne sobre la terminal marítima local con la supuesta llegada de 600 más a esas instalaciones. Los porteños rechazaron tajantemente y con molestia la medida tomada por las autoridades, sin consultar a los trabajadores.
Alegaron que mientras porteños y venezolanos no tienen empleos, se contrate mano de obra extrajera, teniendo personas altamente capacitadas en Venezuela en las diferentes áreas.
“Venezuela está vendida. No es posible que yo como trabajador del puerto desde hace años, tenga que salir escapado de mi sitio de trabajo todos los mediodía para comprar comida con dinero de mi bolsillo, pero lamentablemente así estamos en el puerto de Puerto Cabello, cada vez peor”, dijo con pesar un obrero portuario que pidió no ser identificado por temor a perder su empleo.
Alvaro Ortega precisó que es inaceptable que mercenarios cubanos vengan a trabajar en empresas del Estado, porque en su país no hay empleo. ¿Y nosotros qué?, nos morimos de hambre al igual que nuestras familias, ¿hasta cuándo va ser está situación y este supuesto socialismo?, se preguntó con preocupación.
Ortega exhortó al presidente Hugo Chávez a meter la lupa en este tipo de irregularidades, lo responsabilizó de los problemas que se generen con el pasar del tiempo tanto en Planta Centro como en puerto, por no confiar en la buena voluntad y disponibilidad para aprender y la experiencia de venezolanos en especial de porteños y morenses.
Robert Díaz, quien manifestó sentirse indignado por los beneficios que pueda tener este nuevo personal extranjero en cuanto a residencia y pagos se refiere, dejando sin sustento a trabajadores locales, tal y como lo reseñó El Carabobeño en su edición impresa de este jueves. “Es lamentable y como dice un popular dicho venezolano: muchas manos ponen el caldo morado, así de sencillo”.
Modesto Santana, aunque no es porteño de nacimiento, reconoce que sí de corazón, pues tiene más de 37 años residenciado en este pedacito de cielo azul, y 4 años trabajando vendiendo chucherías, lamentó que esas acciones sean parte de la llamada “revolución bonita”, mientras muchos amigos venezolanos están sin empleo o trabajando como yo en la economía informal, comentó mientras atendía un cliente.
Puerto e Inpsasel
Otros trabajadores de la zona portuaria que no quisieron ser identificados también por temor, informaron que hace más de 19 años en el puerto no existe una oficina del Instituto Nacional de Previsión, Salud y Seguridad Laboral (Inpsasel), y que sus funcionarios sólo acuden cuando a través de alguna empresa que labora dentro del puerto se solicita una evaluación o investigación.
El deber ser es que haya una oficina como en otros puertos del mundo, debido a que las terminales marítimas son sitios de trabajo considerados del alto riesgo, pero lamentablemente aquí no es así. “La única oficina de Inpsasel que tiene el municipio funciona en un espacio cercano a la Inspectoría del Trabajo”, precisaron.
Porteños y no porteños consultados esperan cargados de esperanza que estas decisiones sean reconsideradas por el primer mandatario nacional, y no les quite su empleo a la masa obrera venezolana. (MLR)
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