Se hunde el barco rojo… Henry Falcón incendió la pradera

Opina Gente

Publicado el 26.02.2010
Por Alexander Cambero















La reverencia por el líder está en crisis. La carta pública escrita por el gobernador del estado Lara abogado Henri Falcón Fuentes, describe no sólo la forma antidemocrática de Hugo Chávez al frente del poder. Es la rebelión de aquellos que creen que los procesos de transformación social surgen del debate efectivo. Del libre juego de las ideas. Aunque ellas, no se correspondan con nuestra manera de interpretar los procesos humanos.

En la estructura principal de la misiva, podemos notar una creciente insatisfacción de las huestes chavistas. Hastiadas de los reiterados abusos del abominable hombre de Miraflores. Quién como todo déspota, anhela la sumisión hasta el extremo de la obscenidad. Le encanta, Pasearse por encima de la dócil voluntad de sus lacayos.

Al parecer, el gobernador larense encendió la roja pradera. Crujen los árboles cuando el voraz candelero penetra hasta las últimas cortezas. Como un remolino que avanza entre bocanadas de humo negro, el fuego va desnudado la piel rugosa de un bosque que lucía esplendido y altivo. En la mirada del escapista se observa el esqueleto de las ideas socialistas, pulverizadas por una realidad que se mueve en dirección de la democracia y la libertad.

Su acción demoledora puede dar al traste con la pretensión hegemónica del satélite desvencijado de Fidel Castro. Es por ello, que ante su desesperación salió disparado hacia Cuba buscando el plan a seguir. Seguramente el anciano dictador debe estar marcándole todos los escenarios posibles, indicándole hasta las citas de libros que no conoce, para hacerlo creer que es un predestinado.

Cuantas burlas engendrará Fidel en su risa de ultratumba, al escuchar los delirios de grandeza de un hombre poseído por la inestabilidad emocional. En sus años de piedra filosofal de los aventureros de izquierda, este debe ser uno de sus alumnos más intratables.

La gran mayoría del pueblo Chavista, sabe que lo dicho por Henri Falcón es la verdad que se atoró en la garganta de muchos. La cobardía los hizo tiernos muñecos de cera que Hugo Chávez coloca en los cargos sin ningún tipo de mesura, muchos de ellos optaron por comer y callar. De esa forma se hacían millonarios en detrimento del hambre de los pobres. En medio del fastidio general, aplaudir como adiestradas focas de show marino. Es una prueba fehaciente de entrega total al sátrapa de Miraflores, es la desvergüenza total de unos seres humanos que prefieren arrastrarse por el lodo de la cloaca, que defender principios frente al desquicio de un hombre que se cree eterno.

Veremos los próximos acontecimientos. Hugo Chávez debe estar aprendiéndose la lección dictada por Fidel Castro. Se acercan momentos decisivos en la vida pública de todos los venezolanos.

Arde la pradera roja. Comienzan a entender que la locura no puede interpretar los sueños de las mayorías. Las focas deben andar buscando abrigo en el fondo del acantilado.


Alexander Cambero
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