La Fantástica Comuna... Eugenio Montoro E

Con alguna frecuencia escucho Aló Presidente. Es un buen ejercicio de aguante y de paso conoces por donde van las cosas. En este programa se habló de las comunas.

Son un espacio territorial en el que se van haciendo huertos, casas, escuelas, dispensarios, pequeñas fábricas, comercios y en fin lo necesario para mantenerse. Se mostraron lechugas, ají, yuca, ocumo y otros productos agrícolas ya cultivados por una comuna. Chávez se veía entusiasmado. Un comunero declaraba que el kilo de plátano que se vendía en los mercados a 4,50 Bs ellos lo estaban vendiendo a 1,50. De allí se agarró Chávez para demostrar lo maluco del capitalismo y que así se derrotaría la inflación. Habló de las monedas locales y del trueque. La cosa se desbordó y hasta su hermano Adán reconoció haber acordado un trueque para dictar.

Así que la intención del gobierno es ir estimulando la creación de esas fantásticas comunas donde se evita el egoísmo individual y se privilegia la propiedad y el bien colectivo.

En realidad las comunas son tan viejas como la historia del hombre. Reunirse varias familias y cada una dedicarse a algo es el origen de los pueblitos. Casi siempre ubicados cerca de un río, alguien cultivaba el campo, otro arreglaba zapatos, otro hacía ropa, otro construía y muchos etc. De manera que no estamos descubriendo el agua tibia. La diferencia es que el comunismo establece la organización social sin clases y los bienes compartidos y eso es exactamente lo que mostraba Chávez en el programa.

Ahora bien, funciona la comuna?. Pues claro que sí. Viaje por Venezuela y se encontrará muchos pueblitos con comportamiento comunal. Todos se conocen, se apoyan y producen algunas cosas como artesanía, dulce de leche, conservas de coco, cuatros, hamacas y decenas de cosas más. Hacen sus casitas, cultivan, ordeñan vacas y en general tienen lo necesario para un vivir sencillo.

Pero el problema es que el mundo abandonó el sistema comunal y lo ha ido cambiando por ciudades en donde se reúnen los aspectos de la modernidad como autopistas, metros, grandes hospitales, museos, universidades y una larguísima lista de cosas usualmente fuera del alcance de cualquier comuna. Incluso hasta los pintorescos y diminutos cultivos comunales tuvieron que dar paso a grandes siembras con máquinas enormes y tecnología para poder alimentar a las ciudades.

Pero como usted no oye consejos siga así Presidente. Si le recomendaríamos informarse sobre “El gran salto adelante” que dio Mao Zedong en 1952 no sea que por andar con los mismos saltos se estrelle usted también contra la misma pared. No diga luego que no sabía nada y tenga cuidado que aquí no hay “Niños” a quien culpar. Ni siquiera podrá culpar a sus cercanos por que el único que anda predicando estas antiguallas comunistas es usted.

Eugenio Montoro
montoroe@yahoo. es