¡Pobre país!

Juan Diego y sus reflexiones

El desangramiento moral y patrimonial de la República, es la extensión ilimitada del
poder ejercido al antojo por un capataz ególatra y ferozmente resentido. Esta combinación es un núcleo abominable que sólo puede reflejar el caos en el que estamos inmersos lo ciudadanos en una tierra sin ley.

Todos los que vivimos e insistimos en este territorio tomado, estamos literalmente secuestrados, no es sólo la industria del crimen la que nos somete y nos impide siquiera transitar libremente por las calles, es aún más grave. Este sistema confiscó la vida de cada uno de nosotros, no descansaré en insistir en que un país sin Estado de Derecho, no tiene ninguna cualidad democrática.

Esta década de verdadera involución, ha desmantelado sin remordimiento alguno todo: es la política de la venganza, de la destrucción institucionalizada, diez años de escándalos de la más desfachatada y burda corrupción, y hasta el día de hoy no existe un juicio, ni sentencia clara de los involucrados. La cuarta república también con escenas y páginas corruptas es frente a este despampanante circo pervertido, un niño de pecho.

Este reciente escándalo bancario es la nueva perla del régimen, cada vez el tamaño y la proporción supera ampliamente el escándalo anterior. Es una especie de tina llena de aguas turbias y negras, que empieza a rebozarse porque su incapacidad de contención en este momento se hace incontrolable. Lo más lamentable es que sólo vemos la punta del iceberg, la profundidad del desastre es de parámetros infinitos.

Esta recta final, entrará en una gran centrífuga de aceleración continua, esta fractura interna es sólo el primer acto de lo que los espectadores estaremos sometidos a presenciar, la bola de nieve empezó a rodar.

La guerra, que no es con Colombia precisamente, es indetenible, por la sencilla razón de que el poder supremo del líder tiene fracturas internas con motor propio que empiezan e intentan tomar posiciones de control, pero no es el pulmón político que hoy los impulsa a resquebrajarse, es el posicionamiento del poder económico de la nueva boliburguesía.

Si hoy nos queda algo claro a los venezolanos es que esta fachada ideológica es una cortina de humo. Aquí no existe un proceso socialista, estamos en presencia de la red más extensa de corrupción que hayamos conocido. Hoy entendemos el porqué de los lazos de amistad con países que manejan el patrimonio de su nación al antojo de sus líderes fundamentalistas.

Éste es sólo el anuncio de lo que será el año 2010, un año electoral en el que con dinero buscarán una vez más maquillar la realidad. Pero semejante boquete no se puede tapar, este circo rojo se lo comerán sus propios leones, la fieras hambrientas están ahora todas sueltas y el domador luce inquieto, en estos momentos está completamente rodeado por su propio entorno, un vez más el conquistador se hace esclavo de lo que conquista…

¡Pobre país!
Jonathan Humpierres (Juan Diego)