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lunes, 7 de junio de 2010

¡Ya basta de tanta mentira contra Israel! pide Ricardo Angoso







Opiniones

Publicado el 06.06.2010 12:57
Por Ricardo Angoso













Ya basta que el diario El País de Madrid se rasgue las vestiduras cada vez que el único Estado democrático de todo Oriente Medio utilice todos los medios a su alcance para defenderse de sus enemigos, mientras minimiza, oculta e ignora los centenares de ataques perpetrados por Hamas desde Gaza contra poblaciones civiles israelíes indefensas.

Ya basta de que la progresía de medio mundo se lance a las calles a protestar contra el único país del planeta, Israel, en donde los árabes –sí en el Estado hebreo hay más de un millón de árabes viviendo y sin amenazas- votan libremente y sus derechos humanos son respetados, algo que no se puede decir de las dos decenas y pico de satrapías árabes arcaicas y medievales que llevan casi seis décadas clamando por arrojar a los judíos al mar para siempre. No olvidemos que en el mundo árabe, donde en los años cuarenta vivían más de un millón de judíos, hoy apenas viven unos centenares; la mayoría fueron expulsados de sus casas, negocios y propiedades y varios miles fueron asesinados en las decenas de pogroms organizados y tolerados por las autoridades árabes.

Ya basta de que refutados intelectuales, bien calladitos ante las ejecuciones de homosexuales en Irán o el exterminio implacable de los kurdos en Turquía, como Juan Goytisolo o Noam Chosmky, se muestren de una perfidia moral insoportable en sus escritos cada vez que se refieren al Estado de Israel y a sus fuerzas de seguridad, que por cierto han garantizado la existencia de este país desde el año 1948, cuando los países árabes no aceptaron el reparto de Palestina auspiciado por las Naciones Unidas y se lanzaron a una guerra fratricida contra la que siguen denominando como la “entidad sionista”.

Ya basta de que países democráticos, entre los que se encuentra el mío, España, se alíen con tiranías absolutamente impresentables y criminales, como Irán y Siria, países que, por cierto, están en la lista de Estados que financian el terrorismo, y se adhieran al frente antiisraelí de una forma claudicante y vergonzosa en semejante compañía.

Ya basta de que los medios de comunicación de medio mundo traten de presentarnos a esa banda que pretendía llevar supuesta ayuda humanitaria (¿?) a Gaza como una ONG benéfica, pacífica y plagada de buenas intenciones, cuando ha quedado claramente demostrado que la organización que lideraba la “flotilla de la paz”, IHH, estaba ligada a la promoción del fundamentalismo integrista en Bosnia, Chechenia y otras partes del mundo sin desdeñar los medios violentos para conseguir sus objetivos.

Ya basta de tanta mentira, de tanto engaño, de intentar presentarnos como pacifistas a gentes que militan en la izquierda radical, tienen conocidos vínculos con los regímenes de Irán y Venezuela, como un periodista español que viajaba en la flotilla y que ahora nos enteramos de que trabajaba para la chavista y antidemocrática Telesur, y pertenecen a organizaciones con un claro tufillo antisemita.

Ya basta de que respetados periodistas, de casi todos los diarios del mundo, se sigan refiriendo a las tierras sagradas y eternas de Israel como los “territorios ocupados”, olvidando casualmente que es la supuestamente atacada Turquía la que ocupa casi la mitad de la isla de Chipre desde el año 1974 y que Siria ocupó durante lustros el Líbano sin que nadie dijera nada ni condenara tal estado de cosas.

En definitiva, ya basta de atacar a Israel. Esta orgía desenfrenada, pues no merece otro nombre, de antisemitismo descarado y ataques sin fundamento, tiene tan sólo dos fines: justificar a Ankara la ruptura de sus antaño tradicionales lazos de amistad con el Estado hebreo y encubrir el verdadero problema que tiene la región, el plan nuclear iraní. Irán es el verdadero problema del mundo occidental y democrático, la principal fuente de desestabilización de Oriente Medio y la amenaza fundamental a la seguridad internacional en el globo terráqueo. La agresión turca a Israel, pues no merece otro nombre, es una cortina de humo para ocultar el verdadero problema que apunta a Teherán y la peligrosa alianza turco-iraní.

Como explicaba el general MacArthur, la historia de los fracasos en la humanidad se resume en dos palabras: “Demasiado tarde. Demasiado tarde para comprender el letal peligro. Demasiado tarde para colocar todos los recursos disponibles para enfrentar ese peligro. Demasiado tarde para ponernos al lado de nuestros amigos”. ¿Habrán entendido nuestros dirigentes políticos y diplomáticos cuál es el verdadero peligro y dónde están nuestros aliados y amigos? ¿O estaremos asistiendo a una suerte de Pacto de Munich para dar paso a una nueva versión de “la paz de nuestro tiempo” del desafortunado Neville Chamberlain?





Ricardo Angoso
rangoso@lecturasparaeldebate.com

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