Damas de Blanco

Queridas hermanas venezolanas:

¡Que bueno que en este evento podamos estar también representadas las Damas de Blanco!
Queremos agradecerle a la Fundación Venezuela Vigilante su invitación, y atestiguarles a ustedes
el respaldo a la causa por la que fueron llevados a prisión sus familiares. Nosotras, mujeres
pacíficas, portavoces de hombres encarcelados injustamente, patentizamos nuestro compromiso
con todos los que luchan por promover y defender pacíficamente los derechos humanos y
expresar sin miedo la verdad.
Las Damas de Blanco son resultado de la represión castrista. Cuando en marzo de 2003, el
gobierno de Fidel Castro condenó a 75 opositores pacíficos; a sus esposas, madres y hermanas
no nos quedó otra opción que sustituir a los que nos enseñaron con su ejemplo a vivir con decoro.
Comenzamos a juntarnos para protegernos del terror y protestar por este nuevo atropello. Los
gobernantes cubanos sólo admiten las manifestaciones en las calles convocadas por ellos porque
dicen que “la calle es para los revolucionarios”. Las Damas conquistaron el derecho a caminar por
sus presos, no se lo pidieron a nadie y le demostraron al pueblo que la calle es para quien tenga el
coraje de tomarla, para quiénes defienden el amor y la familia.
Creemos ineludible alertar sobre la situación en nuestros países, que cada vez se vuelve más
espinosa, mayor la desfachatez de los altos dirigentes contra los derechos de las personas y
mayor la indiferencia con que algunos de los jefes de otros estados enfrentan la tragedia que nos
aflige.
Queremos enviarles a las familiares de los prisioneros políticos venezolanos un mensaje de
aliento y esperanza con la certeza que seremos vencedoras porque la razón y la justicia están de
nuestro lado. Exhortarlas a mantener la unión porque sólo de ese modo llamarán la atención de la
comunidad internacional.
Nuestros hombres están presos porque tratan de devolver la democracia y el respeto a los
derechos humanos en Cuba y los suyos por intentar frenar la escalada del gobierno de Hugo
Chávez para aniquilar todas las libertades en Venezuela.
Desgraciadamente, su nación a quien el prócer cubano José Martí llamó “urna de glorias” se
desboca por el despeñadero que antes transitó la nuestra, ambas enceguecidas por los cantos de
sirena de ideologías ajenas.
Por eso debemos andar bien enlazadas en esta causa común y consagrarnos con tesón al
sacudimiento de la patria grande.

Por: Damas de Blanco.