Como una inimaginable película de terror está la situación en Venezuela.
Una manada de monstruos de color rojo, con ojos desorbitados y chorreando sangre por sus colmillos se han apoderado de los centros de conducción como son las fuerzas militares, la dirección de policías y tribunales, los recursos económicos de la nación. Todo, absolutamente todo. Y para sostener en sus garras esa presa que muerden y muerden sin parar, se abalanzan sobre la población indefensa que hace desesperados gritos de auxilio que retumban en el planeta pero solo ha conseguido condolencias.
Es cosa de tiempo, mientras el monstruo gruñe y se revuelca en mierda, el pueblo víctima se está levantando, sus jóvenes están cogiendo fuerza en la pelea que por ahora es desigual físicamente, pero inmensamente superior en lo moral y en las simpatías que en el mundo sigue despertando.
Los monstruos caerán.!
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