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Caracas, Dtto. Capital, Venezuela
La participación de los oyentes y las denuncias forman el plato fuerte de PLOMO PAREJO. Conducido por el polémico Iván Ballesteros que se caracteriza por descubrir, analizar y difundir temas que conmocionan el acontecer político a través del contacto con sus protagonistas. Sus secciones ya son todo un éxito: “Plomo y Candela” con Ballesteros y la periodista Patricia Poleo, “Misión Imposible”, "El Jalabolas", "Qué hace Chávez con el dinero de los pobres" han dado mucho de qué hablar.

Frases de dictadura.

Frases de dictadura.
"Cuando el gobierno viola los derechos del pueblo, la insurrección es el más sagrado de los derechos y el más indispensable de los deberes”. Marqués de Lafayette.

Programa Plomo Parejo íntegro del día 03/04/2014

miércoles, 25 de enero de 2012

NAUDY SUÁREZ FIGUEROA EL ÁGUILA, LA MOSCA Y TEODORO ROOSEVELT

Uno imagina la escena: el Teniente Coronel Chávez se queja
ante los suyos del enésimo ataque  recibido de parte de la oposición,
con lo que provoca este comentario de un innominado paniaguado
político suyo, allí presente, y seguramente uno de los escasos  no
enteramente analfabetos miembros de su entorno:   “¡No se preocupe por
eso, Comandante Presidente…! No vale la pena responder! ¡Usted està en
capacidad de repetir lo afirmado por un famoso romano: ‘Águila no caza
moscas!’”.
     Irrefrenable repetidor de cosas oídas o leídas, Chávez retuvo la
frase, y a partir de allí, el mundo humano se dividió para él en dos
especies: una inferior y virtualmente universal, la de las moscas, y
otra absolutamente individual, la de las águilas, o mejor, la del
águila, puesto que era su propia persona quien monopolizaba esa
condición.
     La presentación de la relación anual de su desempeño
gubernamental ante la Asamblea Nacional le ha proporcionado al hombre
de cuartel que nos gobierna la oportunidad para  recurrir otra vez al
adagio latino. Esta vez,  para aplicarlo a la diputada y candidata a
la candidatura presidencial María Corina Machado.
     El yaracuyano Manuel Rodríguez Cárdenas es autor de un
nostálgico poema negroide titulado Habladurías, en el que pone a un
viejo negro, una noche y frente a un fuego, a pintar a un grupo de sus
iguales un país de ensueño, para lo cual empezó hablando así: “Dicen
que hay una tierra / para los negros / donde es dulce y sabrosa la
melaúra…”. Ello dio pie para que los que le escuchaban suspensos, le
cortaran el discurso, entusiasmados, para gritar: “¡Vámonos pa´alla!”.
Y en la medida en que el anciano proseguía el dibujo de una tierra sin
hambre, sin jefes civiles arbitrarios, sin serpientes venenosas… se
escenificaban nuevas interrupciones bajo el estribillo: “¡Vámonos
pa´alla!”
     Con cara de estatua griega de mármol, María Corina Machado había
escuchado  en la Asamblea nacional durante más de ocho horas la
presentación hecha por Chávez de la Venezuela de hoy como la del país
de la melaúra, hasta que, sublevada por la extensión de la descarada
mentira contenida en sus afirmaciones, le interrumpió para evidenciar,
en apenas tres minutos, lo abiertamente contradictoria que la misma
resultaba frente a la verdad irrefutable de un país donde imperaban la
escasez de alimentos, la inseguridad… Y, de modo particularmente
escandaloso, la práctica masiva e indiscriminada de expropiaciones
gubernamentales de propiedades privadas que constituirían verdaderos
robos.
     “¿Usted me está diciendo ladrón? le preguntó Chávez, en una
primera reacción.  En una segunda, con designio de quitarle valor a
los irrefutables argumentos de la diputada, se refirió al supuesto
porcentaje de popularidad (uno por ciento, según él) que le asignarían
las encuestas a María Corina en la carrera hacia la candidatura
presidencial. Por último, empleó contra ella esa suerte de trampa
discursiva que puede llegar a ser el argumento llamado en lógica ad
hominem, que permite desviar la atención del contenido de lo que se
dice hacia la persona que lo dice, y afirmó, orondo: “Aguila no caza
moscas”. María Corina sería muy poca cosa como para que él, Chávez,
pantokrator bizantino, señor de Venezuela y parte de Paraguaná, se
ocupara de ella.
     La verdad verdadera   -la verdad con testigos, que diría el ex -
Presidente colombiano Alvaro Uribe, y los testigos, por cierto, fuimos
millones- es que la audaz interrupción de María Corina hizo el papel
de una mosca introducida en la oceánica sopa de palabras servida por
Chávez ese día a la Asamblea y al entero país. Pocos se acordarán hoy
de lo este último dijo el viernes 13 de enero de 2012, día de muy mala
suerte para él, pero todos lo haremos de lo que en tres minutos María
Corina Machado le replicó, en plan antagónico. La frase: “Expropiar es
robar”  se está coreando hoy desde la Piedra de Cocuy al Cabo San
Román. Y si Chávez fue veraz – cosa muy rara en su práctica política-
en su alusión a porcentajes de preferencias políticas, hay buenas
razones para pensar que, al siguiente sábado 14, la popularidad de su
audaz contendora habría subido sustancialmente.
     El domingo 15, día en que María Corina presentó en Caracas, en
un acto público de grandes emociones, su programa de gobierno,
centrado en la interesante propuesta de un capitalismo popular (de
paso sea dicho, la única francamente de envergadura que hasta hoy ha
provenido del sector de candidatos adversarios del gobierno), tenemos
la convicción de que  la  adhesión  a su candidatura debió aumentar
todavía más.  El destino, hasta el  próximo 12 de febrero, no sería
irremediablemente otro, según todo parece mostrar, que el de crecer. Y
-¿por qué no?- hasta el de ganar las programadas elecciones primarias
de la oposición.
     La mosca de que habló Chávez  está resultando, pues, una de
aquellas  de las que dijo el poeta español Antonio Machado (decir
luego llevado a una por Joan Manuel Serrat a una canción que
recomendamos hoy volver a escuchar: Las moscas), que eran a un tiempo,
“familiares”, “amigas fieles” y  “revoltosas”.
     Por eso advertimos, desde ya, al modestísimo Teniente-Coronel
barinés doblado de águila: ¡mosca con la mosca!
              Post-scriptum a propósito de águilas: en algún lugar
leí hace tiempo que el Presidente norteamericano Teodoro Roosevelt
habría dicho que si a él le hubieran dado a escoger el animal
emblemático de su país, hubiera preferido que fuera el oso, de
condición fuerte y solitaria, y no el águila, porque a ésta
caracterizaba la poca atractiva condición de ser  un ave carroñera.

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