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Caracas, Dtto. Capital, Venezuela
La participación de los oyentes y las denuncias forman el plato fuerte de PLOMO PAREJO. Conducido por el polémico Iván Ballesteros que se caracteriza por descubrir, analizar y difundir temas que conmocionan el acontecer político a través del contacto con sus protagonistas. Sus secciones ya son todo un éxito: “Plomo y Candela” con Ballesteros y la periodista Patricia Poleo, “Misión Imposible”, "El Jalabolas", "Qué hace Chávez con el dinero de los pobres" han dado mucho de qué hablar.

Frases de dictadura.

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"Cuando el gobierno viola los derechos del pueblo, la insurrección es el más sagrado de los derechos y el más indispensable de los deberes”. Marqués de Lafayette.

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martes, 13 de diciembre de 2011

La CELAC: la cumbre más cara del mundo mm

No son necesarios los estragos que se autoinflige Chávez para
convencerse y convencer al país de que puede continuar en la
presidencia, cuando en realidad sobran los venezolanos en el gobierno,
en el PSUV y en los partidos de oposición que pueden hacerlo con más
salud, solvencia e idoneidad que él: y sin estar expuesto a que se
quede en el camino, por las razones que todos conocemos y que él se
niega a admitir.
Manuel Malaver
11/Diciembre/2011
La CELAC: la cumbre más cara del mundo
Si el presidente de México, Felipe Calderón, sólo accedió a asistir a
la CELAC después que Chávez le prometió que su gobierno le pagaría los
600 millones de dólares que le debe a la cementera CEMEX a raíz de su
expropiación, Dilma Rousseff vino a asegurar que se iba a realizar el
primer adelanto de PDVSA de unos 1.500 millones de dólares que es la
cuota que debe cancelar para el inicio de la refinería de Pernambuco
(aparte de venderle 20 aviones EMBRAER) y Juan Manuel Santos puso como
condición para garantizar su presencia en Caracas que se les pagara el
saldo de 90 millones de dólares que le adeudaba CADIVI a los
productores colombianos, entonces estamos afirmando que la reunión del
último fin semana en Caracas, es la más cara de la historia de la
cumbres y que, redondeando, bien pudo costarle al país algo así como
3500 millones de dólares.
Sin brizna de dudas, un auténtico récord mundial, ya que pienso que ni
siquiera las cumbres del G-20 que se celebran en las grandes capitales
del “Primer Mundo”, o las de la OMC que reúnen representantes de todos
las naciones del planeta en su sede de Doha, Qatar, o las de la ASEAN
(Asociación de Naciones del Sudeste de Asia), o las del APEC (Foro de
Cooperación Asia-Pacífico), creo que han llegado a significar para sus
miembros cifras tan gigantescas, más apropiadas para acometer proyecto
de largo aliento en hidroelectricidad, construir plantas o centrales
nucleares o gaso u oleoductos capaces de traspasar países o
continentes.
Chávez, por el contrario, no se detuvo en dilapidar tamaña suma en una
exposición de dos días donde no pudo pronunciar sus famosas peroratas
contra el capitalismo y el imperialismo por la hetereogeneidad del
grupo de invitados, y mucho menos concretar que la CELAC fuera algo
más que un saludo a la bandera, una reunión social donde los
presidentes invitados se limitaron a desearse “Felices Pascuas y
Próspero Año Nuevo”.
Para colmo, el fin de semana de la celebración de la cumbre de la
CELAC en Caracas fue, en términos climáticos, de los peores que ha
vivido la capital de Venezuela en los últimos 20 años, con vaguadas
que, tal ocurrió el año pasado, volvieron a destruir viviendas,
calles, edificios, y tramos de autopistas enteros, por lo cual, los
invitados, y los que seguían dentro y fuera del país las incidencias
de la cumbre, tuvieron que preguntarse si no hubiera sido más
apropiado tener en Tesorería esos recursos para emplearlos en la
reconstrucción de la ciudad.
Sin embargo, era evidente para los invitados, y para quienes seguían
la cumbre por televisión o las redes sociales, que más que frente a un
descuido, irresponsabilidad o improvisación, estaban ante un estilo de
gobernar: el estrenado en Rusia en las primeras décadas del siglo
pasado con la instauración del comunismo, y que consiste, no en
preocuparse del bienestar, ni el progreso de la gente, sino en
propaganda para decirle al mundo que el régimen esta fuerte y
consolidado, y que, cualquier cosa podría pasar, menos que sus
“beneficiarios” se rebelen contra sus gobernantes.
Es evidente que, en el caso de la cumbre de la CELAC (que también pudo
llamarse del “Socialismo del Siglo XXI” o del presidente Chávez), lo
más importante era decirle a Venezuela, Latinoamericana y al mundo,
que el caudillo bolivariano goza de buena salud, que superó en 6 meses
un cáncer de pelvis que le generó dos operaciones y cuatro sesiones de
quimioterapia que tendrían todavía en cama al común de los mortales,
pero que a él, el líder revolucionario, el sucesor de Lenin, Stalin,
Mao y Fidel Castro, al héroe que nació con la misión de refundar el
comunismo, y salvar a la humanidad, lo tienen como en su mejor
momento, como si nada, y demostrando que “no le picó ni coquito”.
Chávez, en efecto, y a diferencia de otras cumbres, no es que hablara
mucho en la de la CELAC, no es que se perdiera en aquellas chácharas
donde diserta sobre lo humano y lo divino, refunda repúblicas y
declara la guerra a reinos e imperios, pero sí se exhibió lo
suficiente, si quiso sembrar la idea de que continúa apto para
gobernar y postularse como candidato oficialista en las elecciones
presidenciales del 7 de octubre del 2012.
También que irrumpía el Chávez Comandante en Jefe de siempre, el que
estuvo a punto de tomar a Honduras para reinstaurar en el poder a su
compinche Manuel Zelaya, o el que movilizó durante 2 oportunidades
batallones a la frontera para el invadir el territorio colombiano, o
el que amenazó con mandar tropas a combatir a Bolivia si era
derrocaban a su “hermano”, Evo Morales.
Pero, sobre todo, Chávez anunció que reiniciaba su papel activo en la
política internacional asistiendo el fin de semana a la toma de
posesión de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de
Kirchner, y agenciando, de regreso a Caracas, una reunión con el
expresidente brasileño, Lula Da Silva, en el aeropuerto de Sao Paulo.
Se quedaron con los crespos hechos, Lula, Cristina y el propio Chávez,
ya que el líder continental y mundial, tan pronto salió de la cumbre
de la CELAC sintió las secuelas del esfuerzo, y fuera porque tuvo una
baja o alza de tensión, un conato de ACV, o sencillamente estaba
irrecuperablemente cansado… decidió quedarse en Caracas.
Como de costumbre, no le dijo la verdad al país, declarando que no
viajaba porque no quería estar lejos de Venezuela en plena crisis de
la situación de las lluvias, cuando ya ésta había pasado o estaba a
punto de pasar, y que si ése era el pretexto, se justificaba cuando
anunció que iría a Buenos Aires y Sao Paulo, y no ahora que había
pasado.
En otras palabras: que Chávez no quiere admitir que está enfermo, que
su dolencia no le augura un estado de salud que lo capacite para
continuar en la presidencia de la República, y mucho menos, para ser
candidato en las presidenciales de octubre del 2012, y debe, de una
vez por todas, retirarse y abrirle paso a otra generación de líderes
revolucionarios que cumpla la labor que dejó trunca.
No es nada fuera de lo común y se cuentan por centenares los jefes de
Estado y de revolución que lo han hecho en disímiles oportunidades,
pero las agujas del reloj biológico de Chávez hace tiempo que están en
la hora “O”, y es evidente, que en un líder menos soberbio, y que no
se hubiera hecho la ilusión que nacía para llevar a cabo mucho más de
lo que pueden realizar los humanos, hace tiempo que habría renunciado.
Y por esa vía, ahorrarle sufrimientos a su familia, a sus seguidores,
a sus amigos y así mismo, pues es preferible tomarse un retiro cuando
se está en capacidad de elegirlo, y no cuando se lo imponen por una
decisión de estado, o por el clamor de la voluntad popular expresada
en las urnas.
Y en este orden, es bueno recordarle a Chávez que no hay demagogia que
valga, gastos en cumbres como la CELAC o los regalos de
electrodomésticos a hogares de menores recursos, o la construcción de
casas para cambiarlas por votos, o la entrega de dinero líquido puro y
simple. No, el pueblo no se engaña con marramucias y prefiere ver a su
presidente en un retiro honroso, que un exilio deshonroso.
No son necesarios los estragos que se autoinflige Chávez para
convencerse y convencer al país de que puede continuar en la
presidencia, cuando en realidad sobran los venezolanos en el gobierno,
en el PSUV y en los partidos de oposición que pueden hacerlo con más
salud, solvencia e idoneidad que él: y sin estar expuesto a que se
quede en el camino, por las razones que todos conocemos y que él se
niega a admitir.

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