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Caracas, Dtto. Capital, Venezuela
La participación de los oyentes y las denuncias forman el plato fuerte de PLOMO PAREJO. Conducido por el polémico Iván Ballesteros que se caracteriza por descubrir, analizar y difundir temas que conmocionan el acontecer político a través del contacto con sus protagonistas. Sus secciones ya son todo un éxito: “Plomo y Candela” con Ballesteros y la periodista Patricia Poleo, “Misión Imposible”, "El Jalabolas", "Qué hace Chávez con el dinero de los pobres" han dado mucho de qué hablar.

Frases de dictadura.

Frases de dictadura.
"Cuando el gobierno viola los derechos del pueblo, la insurrección es el más sagrado de los derechos y el más indispensable de los deberes”. Marqués de Lafayette.

Programa Plomo Parejo íntegro del día 03/04/2014

miércoles, 19 de octubre de 2011

Chavez vendio el Esequibo

Por: Gral. De Div. (Ej) Fernando Ochoa Antich

Hugo Chávez traiciona a su Patria al comprometer gravemente la reclamación histórica de Venezuela ante Guyana del territorio Esequibo. Es absolutamente falso que la entrevista de los cancilleres Maduro y Rodríguez en Trinidad ratifique, de alguna manera, la posición de Venezuela y mucho menos indique la existencia de unas relaciones armoniosas entre los dos países. Esa percepción absurda del gobierno chavista es una ilusión. Es de interés analizar detalladamente el contenido de ese comunicado y compararlo con las declaraciones de Hugo Chávez, cuestionando la tradicional posición histórica de Venezuela, para dejar en claro la equivocada política en las relaciones con Guyana sostenida por el gobierno nacional y el inmenso daño que le hace a nuestro país. El comunicado no es malo en si mismo. Es lo normal después de una entrevista entre cancilleres u otros altos funcionarios. El problema que existe es su generalidad. No es suficiente que dicho comunicado reconozca el derecho de Venezuela a plantear sus puntos de vista en la Comisión de las Naciones Unidas sobre la ampliación de la plataforma continental de Guyana. Ese derecho lo tiene Venezuela sin que lo reconozca Guyana. Lo necesario era, y es aún, una nota diplomática específica que aclare las razones por las cuales Venezuela no acepta la ampliación de la Plataforma Continental de Guyana a 350 millas, resaltando los problemas que, según entiendo, produce sobre otras delimitaciones logradas por Venezuela en dicha área. Veamos el texto del comunicado para entender, con precisión, las razones que esgrimo: “Al discutir la solicitud hecha por Guyana ante la Comisión sobre los Límites de la Plataforma Continental, Guyana manifestó que reconocía el derecho del Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela de dar a conocer sus puntos de vista ante la Comisión. Por su parte, Venezuela recordó su legítimo derecho de soberanía y jurisdicción en la Fachada Atlántica. Ambos ministros acordaron que en lo sucesivo sus respectivos Facilitadores discutirán los temas relacionados con la petición de Guyana e informarán a sus respectivos gobiernos”. Un derecho no se recuerda se ejerce. Así siempre lo hizo Venezuela al patrullar su Armada el área que consideramos bajo nuestra soberanía. Tampoco le corresponde al facilitador en las negociaciones de límites en el Esequibo intervenir en dicho asunto, ya que de esa manera se reconoce la existencia de un derecho de parte de Guyana. No es suficiente recordar nuestra soberanía y jurisdicción sobre la fachada Atlántica, ya que en estos casos se requiere utilizar específicas coordenadas para realmente generar derecho. De la manera general que se hizo en el comunicado sólo surgen perspectivas de derecho. La solicitud de ampliación por parte de Guyana de su plataforma continental, debe tratarse de forma bilateral, rechazando, como ya dije, en nota específica dirigida al gobierno de Guyana ese supuesto derecho. Copia de esa nota debe enviarse a la Comisión respectiva de las Naciones Unidas. Un aspecto, aún más delicado, es la forma en que el comunicado trata el tema de la delimitación. Afirmar que “ambos ministros reconocen que la delimitación de fronteras marítimas entre los dos Estados sigue siendo un tema pendiente, coincidiendo en que dicha delimitación requerirá negociación” es, a mi criterio, un error, ya que debió utilizarse el término áreas marinas y submarinas. Para colmo, al reconocer que la controversia “en relación con el Laudo Arbitral de 1889, en cuanto a la frontera entre Guyana y Venezuela, sigue existiendo” no se señaló los casi cincuenta años de negociación ni, mucho menos, se logró establecer un plazo para alcanzar “una solución practica a la controversia”. Si comparamos el supuesto avance alcanzado en la reunión de Trinidad con el daño que le ha hecho Hugo Chávez a nuestros derechos en el Esequibo y en la fachada Atlántica tenemos que concluir que el afán de construir un liderazgo en la América Latina lo ha conducido a comprometer los intereses vitales de Venezuela. No es posible negar que su frase al señalar que la Reclamación del Esequibo la inició el gobierno de Rómulo Betancourt, siguiendo instrucciones de los Estados Unidos, para desestabilizar el gobierno de Cheddy Jagan deja sin piso moral a una reclamación que justamente tenía fuerza por ser un acto de justicia que reivindicaba a Venezuela de la acción colonial inglesa. Esa es la razón por la cual acuso a Hugo Chávez de traición a la Patria. fochoaantich@gmail.com.

Resumen de la Conferencia del VA. Elías Daniel Hernández sobre situación del Territorio Esequibo

Por: CN. Eddy Darío Barrios Orozco

El VA Daniels, aparte de mostrar documentos donde Venezuela de manera inequívoca demuestra su propiedad histórica, jurídica y vital sobre el Territorio en Reclamación y los errores diplomáticos que nos han llevado al punto donde nos encontramos, planteó unos términos novedosos relacionados con las nuevas acepciones de Soberanía que ameritaban de más tiempo de discusión. Términos jurídicos del Derecho internacional Público, el cual es el que rige las relaciones Internacionales y la diplomacia, tanto normativa - tradicional como es la llamada diplomacia TRACK 1; o sea, aquella que habla de los compromisos, como la llamada TRACK 2; la que nos revela la cruda realidad de los intereses de la REAL POLITIK. Como dijo el pensador inglés: “Los países no tiene amigos, ni enemigos, sino Intereses”. El Dr. Figueredo, por su parte, nos dio la visión del Derecho Internacional Público en complemento de la visión propia de la Doctrina Naval del Almirante, quien la sustentó en gráficos con las proyecciones cartográficas y sus conocimientos navales. Figueredo analizó la primera declaración de nuestra cancillería, de hace pocos días, relativa a la respuesta caustica que dio a aquellos venezolanos disidentes que alertaban sobre las inconvenientes declaraciones previas de nuestro Presidente con relación a la disputa con Guyana, y que en cambio para nada fueron categóricas contra los guyaneses, quienes son los que afectan nuestros intereses. El Dr. Figueredo tuvo el acierto de que no lo hizo desde el punto de vista político, sino jurídico-diplomático, como especialista en el tema de nuestra disputa que precisamente es, y privilegiando en su análisis precisamente los intereses que deberíamos proteger y que los presidentes deberían tener en cuenta al momento de hablar o de callar. Algunos aciertos del mismo presidente y sus errores fueron destacados por Figueredo: 1. Como acierto al principio de su mandato, Figueredo destacó el haber declarado que Guyana no podía conceder permisos de exploración, explotación o ningún aprovechamiento científico o comercial, de manera individual en ese territorio en reclamación. 2. Como error paradójico, haber declarado un tiempo después que Guyana podía hacerlo. Asunto que por cierto hizo. 3. Como muy grave error, haber declarado que la disputa tiene como origen la imposición del imperio, léase USA, y no la contención unilateral de Venezuela de que el Laudo de París había tenido tantas irregularidades lesivas a nuestros intereses, reveladas post mortem por el Abogado Mallet Prevost en su célebre como afortunado memorándum, que ellas originaron o nos dieron la base para nuestra contención. Con esto se dio el mensaje erróneo e inconveniente de que Venezuela podría desistir de su reclamación, porque no tendría justificación o asidero para ella, y este guante fue recogido de inmediato por la cancillería Guyanesa, la cual, ni tonta ni perezosa, declaró a manera de pregunta capciosa, que cuándo Venezuela daría el próximo paso, como sería, precisamente, el de abandonar la reclamación. Todo ello, echó al traste décadas de trabajo diplomático y de negociación, y de fortaleza de nuestra posición, la que había dado lugar al Acuerdo de Ginebra, el que por fortuna, sigue vigente. No deseo culminar, sin antes relatar una pregunta –comentario que aportó el Prof. Salgueiro, quien reveló una infidencia como les llaman, que él había sostenido un almuerzo privado con una alto funcionario guyanés en Caracas, hace ya unos años, donde el funcionario le había revelado que Guyana estaría en disposición y quedaría satisfecha si el arreglo práctico pudiera conceder una franja costera suficiente a Venezuela, de tal manera que nuestro país tuviera garantizada su proyección en aguas atlánticas y por ende garantizaba su salida a dicho mar-océano, para sus bienes, mientras ella pudiera conservar buena parte del territorio terrestre al sur de dicha franja, con lo cual la materia del arreglo práctico podría encontrar una solución satisfactoria para ambas partes. Salgueiro refiere que de inmediato la planteó al Ministro de Relaciones Exteriores de ese entonces, el Dr. Zambrano, lo que facilitaba la búsqueda de una negociación favorable, al conocerse de antemano la voluntad guyanesa; pero, no sabía Salguerio qué había pasado con tal posibilidad de negociación y por eso preguntaba a Figueredo, negociador principal durante diez años. Al oírlo me alegré, porque algo similar se me había ocurrido en mi proyecto de tesis de maestría, como es reservar para Venezuela la franja de costa al norte en el territorio en reclamación y que Guyana pueda conservar la posesión de la tierra al sur, habida cuenta que el total de los 159.000 km2 es casi los ¾ del territorio total de Guyana y no creo que sería sensato pensar que en una negociación un país cualquiera pudiera aceptar perder tan alto porcentaje patrimonial territorial. Así mismo, se pueden llevar a cabo acciones complementarias y concurrentes como son, entre otras posibles: Un acuerdo para el aprovechamiento combinado Venezuela-Guyana de la parte al sur de la franja costera, donde Venezuela supervisaría tales acciones y se aprovecharía de los beneficios de tal exploración-explotación, debiendo respetarse el principio de la sustentabilidad en la explotación de los recursos y la defensa del ambiente. Que Guyana respete el hecho de que no puede negociar aéreas marinas y submarinas con terceros países, en contravención de los intereses de Venezuela. Ella no es adyacente a, por ejemplo, Barbados, al note de Trinidad, con quien ha negociado en su afán por extender su plataforma continental a 350 millas, lo cual es un derecho de cualquier estado, mientras no lesione a estados adyacentes como es el caso de Venezuela la que quedaría encerrada con tal negociación. Como tampoco puede Guyana objetar acuerdos entre Trinidad y Venezuela, que sí son adyacentes, ni debe decir en sus considerandos para tal negociación que no existen disputas pendientes en esa área, como para justificar su pretensión. De la misma manera, no pueden utilizar –como han hecho Surinam y Guyana- ningún punto del territorio en reclamación como base para ninguna negociación de áreas marinas y submarinas, por cuanto ese territorio es venezolano, actualmente en posesión de Guyana, pendiente del arreglo práctico del Acuerdo de Ginebra. Al final, la Universidad Metropolitana expresó que las ponencias serán posteadas en su sitio web en la parte del CELAU.-eddybarrios@yahoo.com

Cuba vendió el Esequibo

Por: Jesús Antonio Petit da Costa

Compatriotas: Así como España entregó a Inglaterra la isla de Trinidad, que pertenecía a su colonia venezolana, Cuba ha vendido a Guyana el Esequibo de su colonia venezolana. ¿Saben porqué? Se los diré. Hace doscientos años había una colonia de España llamada Venezuela que incluía en su territorio la isla de Trinidad, la cual, por su posición estratégica, controla la navegación por el Orinoco. Como en toda colonia, las relaciones internacionales eran manejadas directamente por el Rey desde Madrid. Y sucedió que el Rey, en función de los intereses de España, y no de Venezuela, cedió la isla de Trinidad a Inglaterra. Era de suponerse lo que después ocurrió. Los ingleses usaron a Trinidad como base de operaciones para adentrarse en el Esequibo, territorio selvático que pertenecía a la provincia de Guayana, con cuya ocupación cerrarían totalmente la salida de Venezuela al Atlántico. ¿Qué hay en el Esequibo? Lo mismo que en Guayana: oro y toda clase de minerales valiosos. Dice la historia sobre aquella época: “El comercio de Venezuela era muy codiciado pues su cacao gozaba de la mejor reputación en los mercados mundiales. Por su precio se colocó en el tercer lugar después del oro y de la plata” (Arcila). Entonces el Rey de España decidió centralizar este comercio y, al efecto, contrató a la Compañía Guipuzcoana, que le pagaba los beneficios. Era la Guipuzcoana la que vendía el cacao en el Caribe. Doscientos años después Venezuela se hizo colonia de Cuba, con una diferencia en la conquista: mientras los españoles debieron pelear para vencer la resistencia indígena, los cubanos se apoderaron de la colonia sin disparar un tiro. Contra los cubanos no hubo resistencia indígena. ¿Porqué? Porque las puertas se las abrieron unos cipayos, pertenecientes a la tribu de los comunistas que estaba infiltrada esperando la señal del invasor. Entonces el Rey Fidel asumió las relaciones internacionales de la colonia. Trasladó la Cancillería a La Habana. A lo que quedó en Caracas, por no tener función alguna, la convirtió en refugio de damnificados. Para guardar las apariencias hay un ministro. Así en La Habana está la Cancillería, que decide en función de los intereses de Cuba, mientras en Caracas está el encargado de ejecutar estas decisiones, por lo cual no importa que sea un ignorante en la materia. Y hasta mejor es. El Rey Fidel revivió la Guipuzcoana. Dijo: no es bueno que el petróleo sea manejado por la colonia sin control de la metrópoli. Hagamos lo siguiente: véndase directamente sólo a los gringos, y eso porque no aceptan comprarlo a la metrópoli, pero ya se sabe que de esta venta debe la colonia pagarnos tributo. Es un tributo llamado alcabala, porque en cada oficina Cuba tiene montada una alcabala que vigila para que los súbditos no le jueguen sucio. Agregó el Rey Fidel: del petróleo para el Caribe me encargo yo. Constitúyase Petro-Caribe, mi Guipuzcoana. Entrégueme la colonia su petróleo por esta vía, que yo me encargo de venderlo como hacía España con el cacao, quedándome con la parte del león. Astuto como es el Rey Fidel se habrá dicho: el pueblo de mi colonia Venezuela fue en el pasado un “bravo pueblo”, y aunque ahora se ha vuelto un pueblo pendejo, debo tomar precauciones porque el Capitán General se ha enfermado y como ni siquiera él sabe el tiempo que le queda, y yo sí, puede ocurrir que, cuando falte, los venezolanos se alcen echando a mis cubanos y sus cipayos. Entonces el Rey Fidel llamó a los españoles de Repsol y les encargó buscar petróleo en el mar territorial de Cuba, por los lados del Golfo de México. Fracasado el primer intento, Repsol amenazó con no seguir. Cuba no tiene dinero, pero sí a un Rey inteligente al que se le ocurrió una idea genial. Hay un mar territorial que parece rico en petróleo. Es el mar del Esequibo. Díjole el Rey a Repsol: yo te doy el mar del Esequibo y tú sigues perforando en el de Cuba. Hecho el trato el Rey Fidel, en ejercicio de su poder soberano sobre la colonia, y sin consultar con sus súbditos, decidió que el Esequibo sea definitivamente de Guyana. Diabólico como es montó la trampa: Guyana le envía una carta a mi colonia diciéndole que el mar territorial del Esequibo es suyo, pero a esta carta la esconderemos para que se interprete como aceptación. Y, a cambio, Guyana le da las concesiones petroleras en este mar territorial a Repsol, como efectivamente ha sucedido. En este relato no aparecen los jefes militares porque estaban en otro teatro echándoselas de machotes ante la oposición.

Opinion del régimen sobre entrega del Territorio Esequibo…

Un Saludo a la bandera.

Por: Embajador Adolfo R. Taylhardat

Corriendo el riesgo de llover sobre mojado porque muchos colegas internacionalistas, analistas, notas de prensa, etc., han ofrecido opiniones acerca de los alcances, o falta de ellos, del comunicado emitido por el canciller venezolano y la canciller guyanesa a raíz de la reunión que sostuvieron el pasado 30 de septiembre en Puerto España, a la cual el régimen le ha dado tanta bomba como si de allí hubiera salido algo excepcional, quiero aprovechar este espacio semanal para dar mi propia apreciación acerca de ese documento. Según había anunciado el propio Führer en sus varias apariciones televisivas y radiales del 29 de septiembre (EU 30/09/11, pág. 1-2) esa reunión debía tener por objeto "tratar la controversia territorial que mantiene Venezuela por el Esequibo". Este anuncio, por supuesto, despertó muchas expectativas porque sería la primera vez, desde que se firmó el acuerdo de Ginebra, que los dos gobiernos abordarían directamente la controversia. Sin embargo, según dice el comunicado lo único que se hizo fue reconocer que la controversia "sigue existiendo" y que se trata de un "legado del colonialismo" que debe ser resuelto. ¿Hay algo nuevo en esto? En cuanto a la solicitud de Guyana para que las Naciones Unidas le autorice a ampliar su plataforma continental en 150 kilómetros cuadrados, tema que dio origen a justificadas reacciones de expertos venezolanos conocedores del tema -que, ¡oh sorpresa! Le sirvieron al Führer para descargar, por millonésima vez, su artillería verbal contra la oposición- el comunicado se limita a decir que se reconoce el derecho del Gobierno de Venezuela "a dar a conocer sus puntos de vista" antela Comisión de las Naciones Unidas sobre los Límites de la Plataforma Continental. ¡Vaya Perogrullo! ¿Es que el régimen ha dudado en algún momento que tiene ese derecho? Luego el comunicado establece que los "respectivos facilitadores discutirán los temas relacionados con la petición de Guyana e informarán a sus respectivos gobiernos". Con esta frase se trató de remendar el capote por el error de inicio cuando se anunció que este asunto sería sometido a la consideración del Buen Oficiante. Resulta que en lugar de sacar la pata del barro lo que hicieron fue meter la otra porque ni el Buen Oficiante, ni los facilitadores tienen nada que ver con ese tema. Si se pretende asignar a esos personajes tareas que no les corresponden si es verdad que el tema de la controversia se volverá un despelote. A todo lo anterior hay que agregar el embrollo que se ha creado alrededor de este asunto con la afirmación del régimen de que Guyana no le había comunicado su intención de solicitar la ampliación de su plataforma continental, la revelación de que en 2009 Guyana ya había informado a Venezuela de la gestión que se proponía hacer ante las UN, la publicación del texto del telex -muy profesional por cierto- mediante el cual la embajada en Georgetown informó debidamente a la Cancillería acerca de la entrevista que el14 de mayo de 2009 sostuvo la canciller guyanesa con la encargada de negocios de Venezuela para notificarle de la gestión que haría ante las UN, el hecho de que en esa misma comunicación la embajada advirtió a la Cancillería de la "trascendencia y la importancia estratégica" del tema, la revelación de que durante dos años el director de fronteras del MRE estuvo intentando reunirse con el conductor de la Cancillería para imponerlo de la iniciativa que emprendería Guyana y, por último, con la destitución de ese funcionario, porque seguramente había necesidad de sacrificar un chivo expiatorio. Todo esto pone una vez más en evidencia que no tenemos Cancillería. Lo que prevalece es la improvisación y la incompetencia con los riesgos que eso significa para la gestión de intereses vitales de la nación. www.adolfotaylhardat.net/indexbis

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