La Misa estuvo programada para el domingo 24 de octubre, a las 11:30 a.m., en la Iglesia de la Chiquinquirá de la Florida. Fueron pocos los asistentes que respondieron a la convocatoria a pesar del objetivo que la inspiró: La libertad plena de Alejandro Peña Esclusa. Con ella se pretendía llamar la atención de la Venezuela poco consciente de una indignante realidad: La gravísima situación no solo de Alejandro, sino de todos nuestros presos políticos que estoicamente viven y soportan día tras día, mes tras mes estar injustamente recluidos en las cárceles de la dictadura castro chavista, sin juicio ni sentencia.
- Efectivamente, los Comisarios Vivas, Simonovis, Forero, la Juez Afiuni, Peña Esclusa, Baduel e incontables militares activos, han sido groseramente privados de su libertad por el simple hecho de opinar públicamente, distinto a como pretende el régimen chavista que pensemos todos los venezolanos sin excepción, dedicando toda su gestión a la subyugación política integral de la Nación,teniendo como modelo la Cuba comunista de los sátrapas Castro Ruz convertida en campo de concentración flotante por mas de cincuenta años.
- Privándoles de su libertad en la mas amplia y perversa acepción de la palabra, unos como Alejandro Peña y otros como los Comisarios, están recluidos en el Helicoide. Otros en la prisión militar de Ramo Verde y aún otros, como la Juez María de Lourdes Afiuni, en una cárcel de mujeres la cual comparte con reclusas de alta peligrosidad que ella, en el desempeño legítimo de sus funciones, condenó a prisión.
- Estas afirmaciones no son algo novedoso. La Nación y sus Instituciones fundamentales lo saben, pero nada se hace para corregir semejante estado de cosas.
- Ocasionalmente la prensa nacional publica alguna que otra referencia a una situación tan canalla, injusta y perversa como la que padecen nuestros valientes compatriotas. Repite en forma demasiado tibia, que a los presos políticos del ahora Doctor Hugo Chávez Frías no se les respetan sus derechos constitucionales y han sido encarcelados por decisión personal e ilegal del ahora laureado presidente. Y todo sigue igual.
- A Alejandro Peña le fue violentamente allanado su hogar por los esbirros del régimen, y sin orden judicial fue separado de sus familiares habiéndole sembrado previamente y en el escritorio de su menor hija, una presunta terrorista de apenas 4 años de edad - una cierta cantidad de explosivo C-4. En el caso de los Comisarios, estos han sido acusados de delitos presuntamente cometidos el 11A02, para tratar de encubrir los delitos de lesa patria y genocidio definitivamente cometidos por Hugo Chávez Frías al ordenar la activación del Plan Ávila, y en su lugar promover como héroes revolucionarios, los asesinos de Puente Llaguno.
- En el caso de Alejandro Peña, las razones jurídicas por las cuales Chávez lo mantiene preso son del dominio exclusivo del presidente; no existe el correspondiente Expediente, lo cual impide su defensa. Pero además, a los presos de Chávez se les entorpece ser asistidos regularmente por sus apoderados y si la llegan a recibir, esa asistencia y sus acciones caen el hueco negro de la justicia venezolana para quien Alejandro, para todo efecto legal y práctico, es un preso invisible.
- A otros presos políticos del chavismo, las visitas de amigos y hasta de familiares están sometidas a caprichosas restricciones de carácter político policial, como muy recientemente a Alejandro Peña al no permitírsele recibir la visita de su amigo, el Dr. Diego Arria Salicetti.
- Pero mientras todo ello sucede y los compatriotas nombrados hacen gala de fortaleza de ánimo y templanza personales, la Oposición ‘Democrática’ y la llamada Mesa de Unidad Democrática, superadas exitosamente como fueron las elecciones parlamentarias del 26S, no toma en cuenta como debiera esta trágica realidad y por lo tanto nuestros compatriotas presos y sus respectivas situaciones no ocupan espacio prioritario alguno en la agenda diaria que mantienen. Obviamente para ellos, este no es un tema que merece el desvelo y la preocupación diarias de quienes por cuenta y ambiciones propias, han asumido la responsabilidad de enfrentar los insolentes abusos y atropellos de un régimen corrupto, asesino, manirroto y despilfarrador como lo es el de Hugo Chávez y su mafia militar. Ejercen una tibia ‘oposición de utilería’ en la cual nuevamente se percibe una dudosa transparencia que nos recuerda la antigua Coordinadora Democrática frente a los insolentes abusos del dictador golpista y sus instituciones cómplices, y ya conocemos cuales fueron las consecuencias negativas de ‘acostarse con el enemigo’.
- A estas alturas del tramposo juego que practica el oprobioso sistema judicial chavista, la llamada ‘oposición organizada’ ya debería haber tomado consciencia plena de sus responsabilidades más elementales para con los presos políticos del régimen. Ya tenían que haber diseñado e implementado una clara estrategia o línea de acción de carácter permanente y cobertura nacional, para machacar diariamente ante la Nación toda y por todoslos medios posibles, el inaceptable atropello que el régimen comete en perjuicio de los derechos humanos de quienes mantiene arbitrariamente presos, para entonces exigir enérgicamente, incluso mediante documentadas denuncias ante organismos internacionales ya que los nacionales obedecen sólo a Chávez, el respeto y la aplicación inmediata de los procesos judiciales pertinentes que con carácter de derechos constitucionales están en plena vigencia, como condición previa a ser condenados y sometidos a prisión por delitos que el gobierno no se atreve a imputarles debidamente y, por último, para exigir como letanía diaria dentro de su quehacer presuntamente opositor, la realización inmediata de juicios justos o, en su defecto, su inmediata y absoluta liberación.
- Pero la realidad es que nada de eso preocupa realmente a nuestra ‘oposición democrática’... y dentro de ese lamentable estado de cosas…, a la sociedad civil tampoco.
- La llamada Mesa de Unidad Democrática mantiene una deuda con nuestros presos políticos que tiene que ser saldada de inmediato a satisfacción plena del electorado venezolano. Mientras ella continúe promoviendo casi exclusivamente candidatos y cargos de elección popular sin ocuparse responsablemente de quienes han sido criminalmente privados de su libertad por Hugo Chávez y su mafia castro comunista, los electores venezolanos deberán mantenerle en el ‘Debe’, una obligación en estado de insolente atraso. Su desempeño como líderes opositores, parece ceñirse más a intereses políticos, ambiciones y prebendas personales, que a una función como representantes que pretenden ser de los intereses y derechos constitucionales de la sociedad civil.
- Henrique Lander A.
- Lander75P@gmail.com
- land-air@cantv.net
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