*****Los detalles del accidente del helicóptero contra el buque de la Armada, dan cuenta de lo grave que puede significar la destrucción moral, la indisciplina, y la ausencia de doctrina en la FAN.
De todas las tragedias ocurridas en Venezuela en las que han estado involucrados efectivos militares, quizás la más grotesca por sus implicaciones es la del choque del helicóptero AB-412 ASW 0308 de la Armada contra un buque de la misma fuerza, ocurrido el martes pasado.
Aunque por la cantidad de pérdidas humanas del lado oficialista ocurridas en los últimos días, y los accidentes por tierra, aire y agua, se ha corrido la especie de que alguna “mala racha” pende sobre el Gobierno, la realidad es que todo lo ocurrido es el producto lógico de la incapacidad, la inexistente inversión de los recursos públicos en el mantenimiento de vehículos e infraestructura, y lamentablemente, en el caso de los accidentes en el sector militar, además ha privado la destrucción moral, la indisciplina, y la ausencia de doctrina.
El helicóptero de la Armada se estrelló contra el buque oceanográfico porque el piloto hizo un rasante innecesario y fuera de la norma, por falta precisamente de doctrina y disciplina de vuelo. El buque
oceanográfico navegaba hacia el muelle para encallar cuando el piloto del helicóptero, teniente de Navío Edil Martínez Sandoval, hizo un rasante y chocó contra la proa del barco, falleciendo él y el Sargento Mayor de Tercera Israel Contreras, jefe de máquinas del helicóptero. Adicional a las dos pérdidas humanas, el copiloto del helicóptero, Reiner Rojas, se encuentra muy grave, con un brazo amputado y a uno de los tripulantes del barco, el teniente de fragata Carlos Villasana, las palas del helicóptero le cortaron las dos piernas, y se informó acerca de otro herido de gravedad, Marcos Javier Noriega, de 19 años de edad, a quien también le habrían amputado ambas piernas.
El helicóptero que pertenecía a la Fragata Misilística F-22, estaba recién modernizado en Italia con electrónica. El radar, sonar, y otros instrumentos estaban nuevos y digitalizados. La falla fue definitivamente humana.
Todo un horror que hoy enluta la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, que sin participar en guerra alguna, cuenta ya este año con numerosas bajas.
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