Simón Wiesenthal.
Por otra parte no sólo se trataba de incorporar en forma individual a policías o expertos forenses, sino que también existió el caso de una organización que siguió funcionando tal cual la dejó en herencia uno de los peores criminales del Tercer Reich: Ernst Kaltenbrunner. Me refiero a la Interpol. Esta organización policial internacional, fundada en 1923 por recomendación de la policía de Viena, tenía su sede central en París y servía a la cooperación internacional en la lucha contra el crimen. En 1938 se decidió trasladar su sede a Viena. Poco tiempo después se produjo el anschluss y Reinhard Heydrich se convirtió en presidente de la Interpol. Heydrich dispuso el traslado de las oficinas de la Interpol a Berlín. Probablemente muy pocos saben que la ‘Conferencia de Wannsee’, en la que se decidió, el 20 de enero de 1942, el exterminio de los judíos, tuvo lugar en la sede de la Interpol en Berlín.
Tras el asesinato de Heydrich (1), Kaltenbrunner se convirtió en presidente de la Interpol. De entrada la utilizó reiteradas veces para sus propios fines. Como ya he relatado anteriormente, con la ayuda del fichero de la Interpol se seleccionaban falsificadores profesionales para que fabricaran los billetes falsos de libras esterlinas con las que debía hundirse la economía inglesa. Al mismo tiempo estos ficheros también servían para encontrar a los expertos en falsificar partidas de bautizo cristianas o pasaportes falsos para judíos. La Gestapo, por su parte, aprovechó los archivos de la Interpol para detectar a las personas que, por algún pecado de juventud, eran candidatas a ser extorsionadas, para luego emplearlas como espías.
Dado que los nazis habían invadido casi toda Europa, en la mayoría de los casos no necesitaban cambiar a los integrantes de las oficinas nacionales de la Interpol, y agregaban, eventualmente, algunas personas de absoluta confianza; sólo que ahora las instrucciones venían directamente de Heydrich y, más tarde, de Kaltenbrunner. Resulta interesante saber que EEUU también era miembro de la Interpol, desde mayo de 1938, a sea después de la ocupación de Austria. El 3 de diciembre de 1941, cuatro días antes de Pearl Harbor, el jefe de la FBI, J. Edgar Hoover, dio instrucciones a sus subordinados de cortar todos sus contactos con la Interpol.
El congreso de EEUU se ocupó en varias ocasiones de la vinculación de los organismos policiales norteamericanos con la Interpol de Heydrich. Basado en la ‘Freedom of Information Act’, en 1977 se publicó la correspondencia entre los nazis y el FBI. Los diarios norteamericanos informaron que el FBI había comunicado a la Interpol quiénes eran judíos entre los norteamericanos que figuraban en las listas de las personas buscadas por Interpol. A pesar de que normalmente no se mencionaba la religión cuando se trataba de fugitivos, el FBI suministró a Kaltenbrunner listas de captura en las cuales figuraban indicaciones sobre personas de “aspecto judío”, “judíos” y miembros de la “raza judía”.
No obstante la Interpol no sólo actuaba contra personas de “aspecto judío” sino que consideraba “criminal” a todo judío que se escondiese o viviese bajo identidad falsa. Descubrir a esa gente formaba parte de sus tareas. Existía un expediente especial (según los conocedores de la Interpol éste se denominaba ‘Expediente S’) en el que archivaban todos los datos y comprobantes relacionados con la búsqueda de judíos escondidos. Según informaciones que no pude verificar, ese ‘Expediente S’ había llegado a París con ocasión del traslado de la central de la Interpol a la capital francesa. Por esta razón en 1983 escribí una carta al ministro de Justicia de Francia, Robert Badinter, quien me prometió la correspondiente investigación. Lamentablemente, no hubo resultados.
Se afirma que la mayor parte del voluminoso archivo de la Interpol quedó destruida en Berlín al final de la guerra. De todos modos, la búsqueda de todo ese material no dio resultado. Pero como los soviéticos ocuparon Berlín, existe la posibilidad de que una parte de ese archivo haya caído en sus manos. El secretario de la Interpol, Karl Zindel, pudo llevarse consigo una parte más pequeña en su huída en abril de 1945. Dado que él sólo llegó a Stuttgart, se conservó esa parte de los expedientes.
Floren Louvage fue el primer presidente de la Interpol después de la guerra; antes de la guerra fue jefe de la policía belga y, durante la guerra –evidentemente sin problemas en cuanto a la colaboración con Heydrich y Kaltenbrunner- fue jefe de la Interpol en Bruselas.
En los años de postguerra supe de una serie de funcionarios de la Interpol cuyos antecedentes eran similares. Entre los años 1968 y 1972 actuó como presidente de la Interpol el presidente de la Dirección Federal de Seguridad (BKA) de Wiesbaden, Paul Dickopf. En mi lista de antigüedad en el servicio de la SS de 1945, aún aparece como untersturmfürhrer de la SS y miembro del servicio de seguridad. Se sabía que Dickopf se había fugado durante la guerra (1943) a Suiza pasando por Bélgica y Francia para entrar en contacto con los norteamericanos. Normalmente, los oficiales de la SS que escapaban aparecían de inmediato en las listas de busca y captura.
Varios autores, especialmente S. Baram y Y. Vaugham, se ocuparon de la Interpol en los años setenta. Ellos afirmaron que no pudieron descubrir ningún indicio de una petición alemana de captura al fugitivo Paul Dickopf, lo que condujo a una polémica sobre la “fuga” de Dickopf. Los Departamentos Centrales de Investigaciones de Crímenes Nazis de Ludwigsburg, Dortmund y Colonia, me comentaron que en los años en los que Dickopf presidía la BKA difícilmente podía esperarse ayuda de su parte cuando se trataba de la búsqueda de criminales nazis. Yo diría que esto también era válido para la Interpol en su conjunto.
Justicia, no venganza (Autobiografía).
Edit. Diana, México.
Julio, 1990.
1) Reinhard Heydrich, murió el 4 de junio de 1942, como consecuencia de un atentado ejecutado por la resistencia checa en Praga, el 27 de mayo de 1942.
2) Ernst Kaltenbrunner, juzgado en el Tribunal de Nuremberg y condenado por crímenes de guerra y contra la humanidad, fue ejecutado en la horca el 16 de octubre de 1946.
Esta es la columna de ayer 08/07/2010 de Patricia Poleo, tal como la publica El Nuevo País, para leerla haz click en la imagen:
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