Septiembre es un objetivo, pero no la meta.
La mesa está servida, sabemos los nombres de la mayoría de candidatos que representarán a la oposición en los próximos comicios de septiembre. Muchos esperan que la Mesa de la Unidad se pronuncie por cada tema, como por ejemplo los contenedores con comida podrida o los bonos cambiarios. Pero más que un pronunciamiento, los venezolanos estamos ávidos de acciones puntuales, de un liderazgo capaz de frenar las movidas del gobierno, de una representación que haga cumplir las leyes y que no esté al servicio del Presidente.
RESPONSABLEMENTE.
Debemos actuar responsablemente, mientras la oposición se enfoca en el 26S, el gobierno pisa el acelerador para aprobar las medidas que necesita para instaurar el mal llamado Socialismo del Siglo XXI. Desde el pasado mes de enero las medidas económicas han sido aplicadas sin un estudio del impacto en el ciudadano común, porque sencillamente obedecen a un plan macro del gobierno para centralizar el dinero de todos los venezolanos, y gastarlo en función a un proyecto personalista que en 11 años no ha dejado frutos al país.
LIDERES
En Venezuela hacen falta líderes y no candidatos que sólo se tomen la foto. Si bien es cierto que ganar una representación mayoritaria en la Asamblea Nacional puede ser una solución a corto plazo, no puede ser la única meta. Los candidatos que se escogieron por primarias y consenso de la MUD, tienen que ser capaces de capitalizar el descontento de las personas que quieren un cambio.
PROPUESTAS
¿Cómo? Haciendo propuestas viables que sean sostenibles en el tiempo. La Asamblea Nacional es el espacio para proponer leyes, pero el trabajo de calle es fundamental para los políticos.
Las injusticias en todos los poderes del Estado se comenten a diario. Este gobierno es el culpable de más de 140.000 asesinatos en sus últimos 10 años de gestión. ¿Cuántos años de pena tendrían que pagar por ello? La rabia que se ha sembrado entre venezolanos, las armas que ha facilitado a las fuerzas urbanas de amedrentamiento, la permisividad hacia lo incorrecto, la omisión de sistemas de seguridad para las zonas que más lo requieren; todo es causa y efecto de un proyecto que debemos rechazar.
GOBIERNO FUERA DE LA LEY.
Definitivamente, estamos ante un gobierno al margen de la ley, ahora LA INSEGURIDAD ES DE TODOS, así como la miseria y el hambre. Venezuela es una gran cárcel y eso debe cambiar.
Encerrado en la celda que ocupo, me pregunto: ¿Qué hemos aprendido de todos estos fracasos? ¿Cuándo será que dejaremos los venezolanos el egoísmo y personalismo, para darle paso al pensamiento grupal? ¿Cuándo podremos darnos el tiempo para pensar antes de actuar, de liderar en función del país, sin intereses particulares o partidistas? Si algo se aprende cuando el tiempo te consume es ver en detalle los posibles escenarios: las encuestas revelan una significativa disminución de la popularidad de Chávez, así como el del oficialismo, también reflejan que la oposición no ha crecido en nada, pero es que, ¿hacia dónde podría crecer? No hay un mensaje claro, ni incluyente. No hay argumento que logre cohesionar y sumar a quienes cada día más dejan de creer en el decolorado proyecto del "Socialismo del siglo 21". No logramos sobrepasar ese 31% de aceptación porque no convencen, y no convencen porque NO transmiten el añorado sosiego, el proyecto de país que todos queremos; terminan sonando a toldas partidistas que no dejan de pensar en sus cuotas de poder y no en un proyecto país. Más ya el line up está decidido. Es el equipo con el cual debemos jugar. Al cual debemos apostarle todo. La MUD hizo su mejor esfuerzo y ya sabemos quién, dónde y por cuál circuito irá. Ahora falta el mensaje. El que convenza. El que coincida con el pueblo. No por populismo, sino por sentido común. Un discurso coherente dentro del contexto de trabajo planteado y las propuestas para una nueva y mejor alternativa de país. Gandhi, Nelson Mandela, Martín Luther King, por nombrar a algunos, fueron líderes que lucharon contra la peores opresiones. Su mensaje era pacífico pero contundente, guiaron con tenacidad y sabiduría a sus seguidores, por meses y años sin la oportunidad que ofrecen los medios de comunicación que tenemos hoy. ¿La diferencia? La calma. La trascendencia de visión. El compromiso con el pueblo, no con el poder. No podemos seguir cometiendo los mismos errores.
Esta puede ser la última oportunidad que tenemos. Es la opinión de un preso que aún tras las rejas percibe a una nación que requiere de guías claros y honestos, más que liderazgos improvisados. Tanto como se requiere de seguridad, paz y futuro.
Iván Simonovis
Prisionero Político
Twitter: @simonovis
La Razón.
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