¿Y esos presos valen plomo?

La semana pasada esta columna no llegó a tiempo ya que en la madrugada nos levantamos en el penal de la "Mínima de Tocuyito", recibiendo plomo, y una zarza de insultos y golpes de matones a sueldo del gobierno humanista del señor Chávez. Lo llaman el Grupo de Respuesta Inmediata.
Días antes, el régimen, entró a la cárcel de San Juan de los Morros a lo jalisco. Mercenarios autorizados por el ministro Tareck El Aissami mataron ocho reos y los tiraron en los pasillos como animales. Así, como lee. Literal.
Un preso tiene derecho a una sentencia en tiempo justo, sin dilaciones indebidas. El Gobierno y estos esbirros fascistas que le aplauden cándidamente, han pervertido tanto el Poder Judicial, que debido al retraso en la administración de justicia, victimizan al reo, que pasa de victimario a víctima de la burocracia judicial.
Lo que pasa en Venezuela es grave hasta el extremo del clamor al cielo. Ni en la Cuba de Fidel una huelga de hambre la acaban disparando a mansalva. Para después salir esta gafa de Consuelo Serrada, directora nacional de Custodia diciendo: "Todo está normal".
Un preso al que matan con la saña que se utilizó en la PGV no debe aceptar órdenes de ese fanfarrón del ministro del Interior, por el contrario, debe actuar libre de todo apremio, rechazar toda coacción o amenaza, venga de donde venga, y mantenerse en rebelión frente a un Gobierno asesino. Porque el preso está privado de libertad, no de su dignidad, como dijo una vez frente al retén de Catia su Santidad Juan Pablo II.
El proyecto de Humanización Carcelaria del Gobierno es un enfermo agonizante clamando mejor vida. Eso se ha convertido en un negocio que sólo beneficia la inmensa mafia que ha atornillado en el Ministerio del Interior, el señor Tareck El Aissami, del resto ¡no hay nada!
La comida en las cárceles es digna de que la coman cerdos y no seres humanos. El trato a los familiares es el que se le da a seres considerados inferiores o marcianos. Y en líneas generales un asunto tan complejo lo ponen en manos de seres que no vienen del mundo penitenciario.
Es verdad que en las cárceles están armados. Lo están desde hace años. Los gobiernos del pasado -y este especialmente- han convertido las cárceles en depósitos donde reina el caos, la falta de dignidad y la injusticia. O se arman o mueren. Ahí el drama. Hablo sin esguinces.
Soy el único preso político que luego de estar detenido en la Disip, lo enviaron a un penal para presos comunes. Lo cual agradezco al señor Chávez, visto que me ha hecho comprender el tema carcelario.
Las únicas veces que mi vida ha corrido peligro en estos muros, no ha sido a manos de los reos ( que me defienden como gatos) sino de este Gobierno inmoral, ineficiente y profundamente pervertido.
Leocenis García
leocenis@gmail.com
Twitter: @Leocenis
LA VERDAD/MIER.
No hay comentarios:
Publicar un comentario