Entrevistado por Sebastiana Barraez - Quinto Día
De Oswaldo Álvarez Paz la opinión pública poco se ocupaba, hasta que fue detenido, luego de las opiniones que vertiera en Aló Ciudadano por Globovisión.
Demuestra que sabe aprovechar los momentos con coraje y pasión.
Le renació la pasión por ser noticia. En los sombríos sótanos de la policía política antes Disip, ahora Sebin, hasta de hacer deporte se ocupa ahora. Parece preparado para empezar una batalla. No confiesa cual, peor no es difícil de imaginar. Estas fueron las preguntas que en exclusiva nos respondió para Quinto Día.
“La solidaridad y apoyo recibido en el Zulia, Venezuela y el mundo, han sido impresionantes”.
-¿Por que se entregó?.
-Yo no me entregué. Sencillamente no encontré razones para dejar de atender la citación fiscal para ser imputado sin conocer los delitos objeto de la acusación. A pesar de que sin que se hiciera, ya estaba imputado. Declaré rechazando la acusación.
La defensa consignó extensos escritos, consignando argumentos y promoviendo pruebas documentales y testimoniales, doctrina y jurisprudencia. Nada fue evacuado.
-¿Y entonces?.
-El mismo día el Juez dictó orden de aprehensión sin estudiar lo actuado y sin escucharme. Fui detenido esa noche en mi casa y trasladado con fuerte custodia al Helicoide, sede del SEBIN.
-¿Como fue su detención?.
-Parcialmente respondida. Las actuaciones policiales fueron siempre de noche, en mi casa. Las del Ministerio Público y el Tribunal con velocidad impresionante y al margen del derecho, tanto en el fondo, como en la forma. Como para sentar un precedente que anuncie la definitiva criminalización penal de la disidencia política, atemorizar a los medios y ahogar noticias e informaciones contrarias al régimen.
-¿A que atribuye la medida?.
-Al miedo, al temor, a la angustia presidencial por su fracaso en todos los campos.
Está descubierto dentro y fuera del país.
Por eso apela a la represión feroz, verbal, física e institucional. Ese ha sido el principio del fin de todas las dictaduras.
-¿Qué le recomendaría a Chávez?.
-Chávez no tiene capacidad de rectificación ni propósito de enmienda y sólo puede continuar reprimiendo a la población.
Está perdido. Debe renunciar. Once años son demasiados para un gobierno como éste. También podría ser destituido, dependiendo de los inciertos resultados del septiembre próximo, o derrotado en las presidenciales de 2012. Que se ocupe de preparar su defensa. Tendrá que responder por muchas cosas dentro y fuera del país.
-¿Se considera un preso de Chávez?.
-Si. No tengo la menor duda. Él no es un demócrata.
-¿Por que lo acusan de conspirar?.
-No sé. No está explicado en ninguna parte. Quizás estén montando una olla para justificarlo. Es absurdo. Un crimen imperdonable esta acusación. Mira, el sitio del planeta Tierra donde hay más conspiradores por metro cuadrado, es el gobierno de Venezuela.
-¿Hasta donde está dispuesto a llegar?.
-Ratifico cuanto dije en el programa Aló Ciudadano en Globovisión, que dio lugar a la aparatosa actuación de dos diputados, el Ministerio Público y el Juez de la causa atendiendo a los arrebatos verbales del Presidente en tv en mi contra, aunque sin mencionarme. Continuaré luchando por el renacimiento de la democracia, por la libertad y entre otras cosas, contra el terrorismo, el narcotráfico, las estructuras del crimen organizado y las violaciones a los derechos humanos.
-¿Entonces sostiene lo que dijo?.
-Sí. Con puntos y comas. Yo no esquivo este proceso. Quisiera enfrentarlo en libertad para profundizar sobre los temas.
Quisiera pronta sentencia firme para que se definan, a los efectos de Venezuela, conceptos básicos sobre la libertad de expresión, la información y el derecho a opinar, los límites del Poder, etc.
¿Cree que irrespetó a Chávez?.
No. Él irrespeta frecuentemente a todo el mundo sin darse cuenta que se irrespeta a si mismo como lo percibe el ciudadano común de Venezuela.
-¿Pensó irse del país?.
-No. Quiero y quería enfrentar el proceso, pero en libertad.
-¿Lo sorprendió la medida?.
-Sí, aunque en el fondo estaba espiritualmente preparado. La razón me decía que era imposible, pero la experiencia, el instinto, asomaba lo peor.
Sebastiana Barráez Pérez
sebastianabarraez@yahoo.com
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