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Caracas, Dtto. Capital, Venezuela
La participación de los oyentes y las denuncias forman el plato fuerte de PLOMO PAREJO. Conducido por el polémico Iván Ballesteros que se caracteriza por descubrir, analizar y difundir temas que conmocionan el acontecer político a través del contacto con sus protagonistas. Sus secciones ya son todo un éxito: “Plomo y Candela” con Ballesteros y la periodista Patricia Poleo, “Misión Imposible”, "El Jalabolas", "Qué hace Chávez con el dinero de los pobres" han dado mucho de qué hablar.

Frases de dictadura.

Frases de dictadura.
"Cuando el gobierno viola los derechos del pueblo, la insurrección es el más sagrado de los derechos y el más indispensable de los deberes”. Marqués de Lafayette.

Programa Plomo Parejo íntegro del día 03/04/2014

viernes, 9 de abril de 2010

POCO HOMBRE, Y POCO SESO

MILAGRERÍA EN REVOLUCIÓN


Cuando en “Cien Años de Soledad”, Melquíades arrastraba por las calles de Macondo los dos lingotes imantados, pregonando que se trataba de “la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia”, los espantados pobladores no sabían que pensar al observar cómo los calderos, pailas y tenazas de todas las casas, comenzaban a moverse y las maderas “crujían por la desesperación de los clavos”. Es que las cosas toman vida propia - decía Melquíades- todo es cuestión de despertarles el ánima. Para los habitantes del pueblo, el imán era brujería y Melquíades un brujo, o tal vez el mismísimo demonio. Nada diferente a cuando los conquistadores llegaron a caballo y los indígenas los veían como una sola pieza. O a los mismos conquistadores, quienes pensaban que América era un regalo de Dios, por la valentía haber sacado a los árabes de España. O sea, la Conquista de América era un premio de Dios por la Reconquista de España. Puro realismo mágico.


Tal vez deberíamos nombrar a Macondo, capital de América Latina. ¿Y que tal ubicarla en territorio venezolano? El realismo en nuestro país ha sido más mágico que en otras latitudes. Total, nuestros indígenas inventaron la leyenda de El Dorado y luego el petróleo nos hizo pensar que la prosperidad llovía. Ese chorro que se convirtió por décadas en la renta del país, nos ha dejado como herencia la mentalidad rentista. La renta pasa; pero la mentalidad rentista queda. Por ello, nos cuesta relacionar el trabajo con el éxito, nuestro dinero depende del estornudo de un jeque árabe que suba o baje los precios del petróleo. Nos hemos acostumbrado a vivir de boom en boom y de paquete en paquete. Igual nos cuesta ubicar en las empresas exitosas las fuentes de ingresos; total, que nos pongan “donde haiga” en el gobierno, es más rentable que trabajar y sudar por años una empresa. Qué razón tenía Pérez Alfonzo cuando con su Efecto Venezuela nos explicó que los booms petroleros transformados en despilfarro y corrupción, le provocan a Venezuela indigestión y descompensació n. Y ello se traduce para Juan Bimba en hambre, marginalidad y exilio del sentido común. En el fondo creemos en Mesías y en soluciones mágicas. Por ello el país discute lo que es un sacrilegio en cualquier país medianamente desarrollado: la instalación de un socialismo arqueológico en pleno siglo XXI, bajo un liderazgo de un individuo para toda la vida. Parafraseando al Libertador, discutimos lo que ya debía estar decidido. Somos una “república aérea”, que no termina de aterrizar. Se solicita tren de aterrizaje.

ENTRE MILAGROS Y LUMPIAS

Así asistimos a la lógica ilógica de la “revolución”. Botaron a 23.000 técnicos de PDVSA, la empresa pivote del país y nos quieren vender que ahora, en medio de incendios, tuberías rotas, producción en merma y pésima gerencia, esa empresa está mejor que antes. ¿Milagro petrolero? Invaden las haciendas, sustituyen siembras y ganadería por eriales, espantan a los empresarios y nos quieren decir que la producción está boyante. ¿Milagro agrícola? La inseguridad jurídica y control de precios cierra cuatro mil de las once mil empresas y se jactan de estar industrializando al país. ¿Milagro empresarial? Nos hablan de amor, de que nos quieren mucho, mientras mantienen excluidos hasta del diálogo, a más de la mitad del país que no comulga con ellos. ¿Milagro comunicacional? Pura magia, a veces con la varita de la ley. RCTV por aquí… echan los polvitos rojitos de “democratizació n del espectro” y… nada por allá. Miles de desempleados de la heroica televisora, a los se agregan los de las radios también “democratizadas”, las víctimas del grito “exprópiese”, la Costa Oriental del Lago en pleno. Por cierto, ¿cuantos desempleados nuevos hay con el retiro de ochenta mil empresarios en el último año? Pero eso no es nada para nuestro realismo esotérico. Y aunque usted no lo crea, milagro de milagros: según el gobierno, baja el desempleo a 7 %.

Igual hablan de disminución de la pobreza sin explicar que han dejado de construir más de medio millón de viviendas respecto a la tasa de construcción de la “oprobiosa” cuarta república, lo que significa casi tres millones de venezolanos sin techo digno, gracias a la ineficiencia de la “revolución”. Como si los pobres pudieran dejar de serlo sin techo, en medio de la violencia y de paso, con los hospitales como están.

La prosperidad de los pueblos no obedece a milagros, ni a héroes de la producción. La única manera de salir de este atolladero es la unidad, la visión de país, la estrategia y la gerencia. Y todo ello en democracia. En nuestras manos está seguir espantándonos con los melquíadaes o convertirnos en un país asertivo. Se solicita sentido común.

Rafael Gallegos
Ingeniero y Consultor Gerencial.
rafaelgallegoscq@ hotmail.com
09 04 10

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