Nueva y verdadera Independencia

Juan Diego y sus reflexiones

Publicado el 19.04.2010 11:44
Por Jonathan Humpierres (Juan Diego *)











Nunca he sido un aficionado de la invocación histórica de nuestra Independencia, quizás peque de ignorante o de incrédulo frente a la obsesión reiterativa de hacernos leer una única visión de la historia. Las fábulas heroicas carecen de propiedad cierta, por la sencilla razón de que hipnotizan los rasgos propios de lo realmente humano, convirtiéndose en un largometraje de tinta inmadura que sólo califica en un patrón ingenuo de valoración moral.

“Los Héroes” de la patria, los convertimos en un gran elenco inalcanzable y poco tangible, en iluminados inciertos, en fragmentos del pasados que terminan siendo presas fáciles del populismo mediocre de líderes coyunturales, que hacen de su bandera una versión de los acontecimientos históricos de manera distorsionada, pero funcional para su discurso.

No reniego jamás de nuestros antepasados, soy un apasionado extremo del estudio de los hombres y mujeres que han dejado huellas, rastros y obras, creo en la misión trascendental de cada tarea como un acto sagrado para procurar un mejor destino para la humanidad.

En un mundo de avanzada y de profundos cambios estructurales, me resulta ingenuo pensar que la urgida reforma del pensamiento moderno tiene alguna relación con el circo carnavalesco que describe a este régimen destructor que teje una historia desconectada y poco eficaz para los requerimientos necesarios de la reconstrucción de una patria digna y moderna.

Detenernos a relatar aquel 19 de abril de 1810 o hacer una investigación a fondo con finalidades aplicables al acontecer de hoy, sería en mi opinión una pérdida de tiempo a la que no pretendo someterlos, pero sí sería importante ir más allá del protocolo extenso de la historia, para enfocar la mirada en el ejemplo y el legado preciso de la fecha.

“Una multitud valiente, enardecida, logró movilizarse para dar los pasos que abrirían la puerta para la definitiva liberación de Venezuela del yugo español, desconociendo el mandato del capitán general Vicente Emparan, representante de la colonia española”.

Este pequeño párrafo ilustra de manera expresa que la movilización civil mayoritaria, cuando emprende la ruta decidida de asumir la libertad como un derecho inherente a la razón y por ende al hombre, es sencillamente indetenible. Aquel abril, pero no el de 1810 sino el de 2002, era un movimiento imbatible, voz y reflejo del coraje ciudadano, allí se exaltó el valor como bandera de lucha, más allá de la traición complaciente de muchos de los mal llamados líderes quienes no estuvieron a la altura de un pueblo digno que asumió la palabra compromiso frente a un régimen autocrático y violador de la institucionalidad democrática.

Este desfile del 19 de abril, lleno de milicias, de armas, de discursos virulentos, sólo es reflejo del complejo enfermizo y de una profunda debilidad; esas armas son sólo para acentuar el terror en los propios ciudadanos, en los venezolanos no complacientes con este sistema caduco. La guerra no es contra el Imperio, eso es una fantasía patológica, la verdadera acción bélica es contra su propio pueblo, ése que ya anuncia un pronto despertar y que está harto de esta mal llamada revolución.

La masiva manifestación la daremos en las elecciones parlamentarias, en la calle, con valor y optimismo.

¡TODOS A DAR PASOS POR UNA NUEVA Y VERDADERA INDEPENDENCIA!






Jonathan Humpierres (Juan Diego)
Cantautor, músico y abogado venezolano
juandiegocd@yahoo.com
humpierres@cantv.net