No nos cansaremos de repetirlo. Tenemos, para nuestra desgracia y nuestra vergüenza, un gobierno títere de Cuba. Es, por consiguiente, un gobierno comunista, que está ejecutando el proyecto comunista elaborado por Fidel Castro, cuyo fin es convertir a Venezuela en otra Cuba. Como todo gobierno comunista es una dictadura, ya que actúa al margen de la Constitución y no cumple con los requisitos exigidos por la Carta Democrática de América. Y es una dictadura militar, porque se sustenta en los militares, no en los trabajadores como debería ser conforme a la doctrina marxista.
La dictadura militar comunista ha eliminado la libertad sindical. Sólo reconoce en los hechos a los sindicatos patronales constituidos con el patrocinio del gobierno. Pero estos sindicatos carecen de autonomía. Están subordinados al patrono, que es el gobierno. La dictadura militar comunista niega a los trabajadores el derecho a discutir la contratación colectiva. Los trabajadores son obligados a aceptar un contrato de adhesión redactado por el patrono. La dictadura militar comunista considera subversivas las huelgas, calificándolas de sabotaje. Los trabajadores no pueden exigir ni demandar mejoras. Sus beneficios dependen de la voluntad del dictador, quien decide qué y cuánto van a recibir sin que puedan protestar porque toda protesta se tendrá por un desafío directo a su autoridad y como tal debe castigarse.
La dictadura militar comunista se asemeja a la dictadura militar clásica en que ambas van contra los trabajadores y especialmente contra sus sindicatos. ¿En qué se diferencian? En que la dictadura militar clásica lo hace sin demagogia y acusando de comunistas a los trabajadores que se unen para conseguir sus reivindicaciones, mientras la dictadura militar comunista lo hace con demagogia, diciendo que la empresa pública es del pueblo y por consiguiente los que reclaman son unos contrarrevolucionarios lacayos del capitalismo. Ambas condenan a los trabajadores a soportar las condiciones que les sean impuestas.
La mayoría de la clase trabajadora no apoya a la dictadura militar comunista, por lo cual ésta impide la organización de los trabajadores. De este modo ha evitado hasta ahora el estallido de conflictos colectivos que han debido estallar porque sobre la clase trabajadora, dentro de la cual incluimos a los profesionales y técnicos universitarios, han caído las siete plagas que ha traído el comunismo.
¿Cuáles son estas plagas? La primera: la inseguridad. Esta plaga se ha cebado en los trabajadores, únicos que no pueden pagar escoltas. En las puertas de las morgues se congregan las familias de los trabajadores que han sido víctimas del malandraje desatado. La segunda: la inflación. El salario real de los trabajadores ha caído en picada. La tercera: la devaluación, que también afecta el salario real. Hace diez años el valor del cambio del bolívar era de 500 por dólar, ahora llega a 7.000. No tenemos moneda, sino un vale interno que sólo circula en Venezuela. Tercera: el desempleo. Sólo una minoría tiene un trabajo decente. La mayoría vive “matando tigritos” en la informalidad. Las llamadas “misiones” son un subsidio de desempleo, no un empleo. Cuarta: No hay empleo porque ha sido destruido el aparato productivo. Quinta: la corrupción, que se ha convertido en un saqueo del dinero del pueblo. El corrupto roba a los trabajadores, a quien le pertenece el dinero del petróleo. Sexta: la desmejora en la calidad de vida por el desastre de los servicios públicos y el deterioro del medio ambiente. Y séptima: la compra masiva de armas que implica dinero que se le sustrae al pueblo desviándolo de un fin útil (educación, salud,etc.).
¿Porqué los trabajadores no le han puesto fin a la dictadura militar comunista? Porque no se ha constituido una vanguardia que los oriente y dirija.
jpetitdacosta@hotmail.com
--
Alberto Rodríguez Barrera
No hay comentarios:
Publicar un comentario