

Opina Gente
Publicado el 29.03.2010 13:53
Por Alexander Cambero
Nos acercamos al mundial de las persecuciones. En el alma de la revolución podrida no existen goles geniales como los de Lionel Messi. Tampoco, épicas galopadas como las esprintadas de Cristiano Ronaldo con la casaca del Real Madrid. Aquí, la exhibición tiene que ver con las ganas de acabar con todo aquellos que no aplauden a rabiar al abominable hombre de Miraflores, y su gestión de desdichas y robos descarados. La democracia huyó de las manos de unos revolucionarios que sólo se abrazan con la barbarie. Llegaron por la vía del voto popular para renegar de ello con sus funestas acciones en donde ofenden la constitución nacional y el estado de derecho. Derecho que si tuvieron ellos al momento de salir de la cárcel después de atentar contra las instituciones democráticas.
La feroz arremetida contra Oswaldo Álvarez Paz, Guillermo Zuloaga y Wilmer Azuaje entres otros, demuestra el inmenso miedo que cunde en las filas del oficialismo al ver el derrumbe de la imagen presidencial. Todos los estudios de opinión reflejan un descontento creciente que hace que las opciones de la oposición sean favoritas para arrasar en los comicios legislativos. A pesar de la cuantiosa manipulación propagandística, los venezolanos comienzan a identificar al culpable de toda esta crisis de diversos órdenes. El gran responsable es Hugo Chávez, ningún mandatario nacional ha contado con semejantes recursos, y sin embargo, vivimos en condiciones lamentables. Con unos cuadros de miseria similares a naciones africanas. En los sectores humildes la mano de la revolución bolivariana no llega. No existen hospitales bien dotados, escasean los alimentos;
mientras los atracos y asesinatos se multiplican por doquier. Sin que exista algún plan que busque subsanar en alguna medida el problema en cuestión.El miedo penetra hasta en el santuario de lo íntimo. Se desconfía hasta de la sombra. Hugo Chávez analiza a cada personaje tratando de adivinar el próximo paso de aquellos que andan buscando saltar del barco antes que la averiada embarcación zozobre. Sabe que existen mucho de esos que se arrastran, deseosos de marchar en pos de nuevas suelas que lamer. Son la escoria de siempre que hoy trajina en el ideal revolucionario, pero que mañana quebrará lanzas por aquellos que resulten vencedores en futuros comicios. Dentro de la Asamblea Nacional, en el Tribunal Supremo de Justicia; existen muchos que hacen sus cuentas y envían señales buscando el perdón de los justos.
La feroz arremetida busca acribillar la victoria en la cuna. Antes que nazca la esperanza arremeter contra sus expresiones y ahogarlas con sangre, leguleyerismo ramplón y tergiversación de los hechos. Cárcel para los inocentes y discursos moralizantes para engañar a los incautos. Sembrar confusión y temor para hacer que los ciudadanos se queden paralizados y no actúen de manera contundente. Mientras el tirano avanza con su sarta de mentiras clientelares apaciguando los estómagos populares con las migajas que caen del plato rebosante en donde se almuerzan al país: Raúl Castro, Evo Morales y demás personajes de la sombría cofradía de los usurpadores de la dignidad nacional.Hugo Chávez sabe que sus horas de gloria pasaron. Ahora, más que nunca, requiere de la estrategia cubana para mantenerse en el poder. Fue por eso que vino en su auxilio Ramiro Valdés Meléndez. Su plan de aplastar todo movimiento externo o interno, que tenga criterios propios debe ser aniquilado al costo que sea. Si algo tiene el anciano represor antillano es sangre fría para actuar en los momentos en donde el presidente venezolano arruga. Tal como le ocurrió en reciente visita al estado Aragua, en donde un pueblo enardecido por tantas mentiras requirió su presencia. Cuentan que corría y corría buscando un buen resguardo. La voz jadeante y el rostro pálido ante tamaño esfuerzo. De un cuerpo dedicado al confort de los aviones, y no del duro avatar de marchar a pie, como lo hace todo los días el pueblo engañado por sus múltiples mentiras.
Vienen momentos difíciles. El desespero hace que Hugo Chávez persiga hasta su propia sombra. Debe ser dramático desconfiar hasta de los amigos de toda una vida. Así estos sean tan serviles como las focas parlamentarias.

Alexander Cambero
alexandercambero@hotmail.com
twitter alecambero

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