OPINIÓN
El Editorial
Votos escasos
Y a bien entrada la mañana, en la zona del 23 de Enero donde el Presidente
iba a votar en las primarias de su partido, se notaba en la calle una
soledad tan lastimosa como la que, generalmente, habita una playa del
litoral un lunes temprano. No había esta vez ambiente de fiesta ni jolgorio
popular, como siempre ha ocurrido en anteriores ocasiones cuando el
Comandante acude allí a sufragar por sus candidatos.
La gente sabía que el Presidente iba a venir porque en la madrugada llegaron
los soldados y comenzaron a controlar a todo el mundo. Pero ni aún así les
picó la curiosidad y prefirieron quedarse en sus casas disfrutando de su
desayuno. Luego, goteaditos, arribaron los periodistas y camarógrafos de VTV
y también los indeseables reporteros de los demás canales de televisión, la
radio y la prensa escrita no oficialista.
La mesa estaba servida pero cuando el jefe supremo llegó no había el quórum
popular esperado. Afuera no había más de ochenta personas y quizás,
estirándolo mucho, llegarían a cien los hinchas del Presidente cuando ya,
habiendo votado, se despedía de la concurrencia. Al final, una viejecita se
le acercó y le pidió una casa. Fue una escena que le hizo recordar a todo el
mundo las primarias de Acción Democrática, en la cuarta república, aunque
aquellas eran más concurridas.
Los reporteros de los medios no oficialistas que estaban de guardia en el
sitio de votación tuvieron la graciosa oportunidad de ver, en vivo y
directo, los preparativos del equipo de Miraflores para recibir a su máximo
líder. El jefe de producción era nada menos que Freddy Bernal, ex alcalde de
Libertador, y enemigo a muerte de su sucesor, Jorge Rodríguez. Micrófono en
mano, a cada rato Bernal le gritaba a la gente que cuando terminara de votar
no se fuera, que esperaran al Presidente para acompañarlo cuando llegara.
Las gotas de sudor le corrían por la cara, la voz se le enronquecía y el
clic de temblor de un fracaso se le paraba en el ojo derecho y le obligaba a
parpadear unilateralmente. Bernal tenía a su lado a Darío Vivas, a quien el
bigote le temblaba sincronizadamente con el ojo derecho de Bernal.
Los dos estaban desde temprano allí preparando el terreno.
Pero quienes aparecieron 15 minutos antes fueron los próceres bolivarianos
Cilia y Diosdado. Mientras tanto, los camarógrafos de VTV montaron una
cámara en una grúa para captar, desde arriba, la entrada del líder pero
pronto se dieron cuenta que era imposible hacer un buen tiro de cámara
porque había poca gente. Entre ellos se llamaban desesperadamente por radio
tratando de cuadrar la toma, pero era imposible.
A todos los periodistas los metieron en un corral hecho con cercas y desde
allí vieron aparecer de repente banderines rojos y pancartas. El jefe llegó
y empezó a besar a niñitos y viejecitas, le dieron papelitos y peticiones.
Jorge Rodríguez llegó con él y a Bernal le dio un patatús. Fin de la
comedia... ¿o de la tragedia?
EL NACIONAL - MARTES 17 DE NOVIEMBRE DE 2009El Editorial.
Todos los pueblos del mundo que han lidiado por la libertad,han exterminado
al fin a sus TIRANOS ". Simon Bolivar ...24 de marzo de 1814.
1 comentario:
Leo esto e imagino a los dirigentes políticos "opositores", tan "inteligentes" como siempre, haciendo comentarios al respecto muy a su manera "burrurezca", tal como los escuchamos en 2005, luego del episodio electoral "diputarezco" al que todo aquel que se niega a someterse a mandones de cualquier bando, no acudió (con enorme orgullo, me incluyo)... el evento que mostró mesas desiertas, con dos o tres pelagatos durante las larguísimas horas del día; el acontecimiento organizado al año siguiente del revocatorio que los opositores ganaron perdiendo y perdieron ganando (ver resultados); una elección que los gobierneros "ganaron" por un 7% de los votos un día en que se demostró dónde está la verdadera mayoría... a pesar de que no asistir significaba oponerse y acudir era lo mismo que apoyar o hacerle el jueguito al régimen, los superdotados dirigentes "opositores", luego de analizar la cosa, en lugar de contentarse, nos echaron la culpa de su derrota (léase: perder sus curules, o sea, su sueldote)por negarnos a ir a votar y defendieron a los rojos pues, según ellos, los partidarios de franela color estridente se quedaron en casa debido a que estaban sufriendo un berrinche politiquero ante la imposición de candidatos por una cupulita...¿Los políticos "opositores" son adivinos? ¿Cómo saben que entre los que no votaron había rojitos?
Traslado mi razonamiento al presente y seguro, seguro, ¡SEGURO!, ya concluyeron que en esta ocasión también sucedió que los fans del partido de los dueños del país al revés se negaron a aceptar la invitación dominguera, en lugar de razonar que a estas alturas estos son apenas un puñito de almas.
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