Podemos apreciar que existe en el ser humano normal, una tendencia a olvidar los recuerdos negativos, escondiéndolos en un recóndito lugar de la memoria, o desarrollar algún talento o capacidad alternativa, cuando se siente en desventaja en algún escenario.
Es un mecanismo compensatorio de defensa, que brinda la oportunidad de desarrollarnos como personas y estar en capacidad de ofertar algo de calidad, por encima de cualquier tipo de limitación.
La figuración pública y su consiguiente reforzamiento social, son importantes en un mundo tan competitivo como el nuestro y nos preocupamos por destacar en algún área, con mucho mayor empeño, si no tenemos todas las armas a favor de esta aspiración.
No siempre la naturaleza o la vida son solidarias y nos brindan el paquete completo: Belleza física, inteligencia, simpatía, carisma personal y disponibilidad económica, con todas las puertas que el dinero abre.
En este caso por ejemplo, encontramos al ciego, que desarrolla increíblemente su capacidad auditiva, para sobreponerse a las limitaciones por la ausencia del otro sentido.
O al parapléjico, que en un destello de coraje, es capaz de trabajar con su cerebro... y su boca, la última defensa de su cuerpo, para ejercitar alguna habilidad artística, como la pintura.
O la persona que no es agraciada físicamente, pero que se esmera en cultivar su espíritu y su inteligencia, logrando así muchas veces hasta tener más éxito, popularidad y atractivo, que otras de mas bonita presencia.
Muchas veces escuchamos expresiones como: Caramba, fulano es medio feo... pero es de un brillante!
O menganita tiene sobrepeso... que lástima, porque es tan buena gente y tan simpática...
Debe contarse con muy escaso o nulo potencial humano, cuando alguien sólo puede destacarse en el escenario de la mediocridad, de lo ordinario, de lo violento.
Muchas veces hay profundos complejos, pésimamente manejados y nunca superados de manera asertiva. Son seres con enormes resentimientos sociales, que encuentran en ellos la justificación de sus conductas inapropiadas.
Es el caso de Lina Ron: Una mujer tristemente célebre. Nadie la recuerda en otro escenario distinto al del abuso, la vulgaridad, la violencia.
Su verbo aguerrido, altisonante, belicoso, soez, la hace aun mas chocante y la convierte en una mujer fea, por dentro y por fuera.
Si a esto le sumamos que cuenta con el mandato y el apoyo presidencial, estamos frente a un monstruo, con licencia y recursos para llevar a cabo los planes mas miserables.
Pudimos verla una vez mas, liderando con descaro y arrogancia, una acción violenta contra el canal televisivo Globovisión, a plena luz del día, totalmente identificada, como ha ocurrido ya otras veces, lo que hace aun mas indignante el episodio, por la reincidencia y la total impunidad de estos actos vandálicos.
Que lamentable la existencia de seres humanos como ella. Carne de cañón perfecta para cumplir las órdenes de otro desquiciado con poder, que en ella ve el brazo ejecutor oportunismo de todos estos trabajos sucios.
La mayoría de la base chavista encaja dentro de este perfil: Seres humanos con una vieja historia de odios y rencores acumulados, que se enardecen de envidia y protestan ante las luces que otros despliegan de manera legitima. Criminalizan a las personas que tienen carreras exitosas, puestos destacados en la sociedad, buenos empleos y desahogos económicos, como si esto fuera un pecado y no el producto de esfuerzos, preparación, trabajo y arduas luchas.
De alguna manera enfermiza, imagino que hoy para Lina Ron es satisfactorio estar presente de nuevo, en las páginas de apertura de los periódicos, ser noticia en los medios de comunicación y llamar la atención de Venezuela y del mundo...aunque sea de esta forma.
Y es que ella no tiene con que figurar de otra manera.
En el fondo lo que da es lástima, como todos los que como ella dentro de las filas chavistas, empezando por el máximo líder, son dignos casos de estudio y evaluaciones psicológicas, de las que con seguridad no saldrían bien parados
Lo malo es que personas de esta condición... y mas aun si tienen poder, sin duda son elementos tremendamente peligrosos.
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