¡Bases amenazadoras!

Coronel (Ej-Ven) Manuel A Ledezma Hernández


Tú, “ratón rugidor”, dices que no te agradan las bases de los EE.UU. en territorio de países soberanos que las aceptan; dices que constituyen una amenaza. ¡Por favor!, los EE.UU., en procura de sus intereses, llegarán a cualquier parte del mundo sin necesidad de bases extraterritoriales y sin pedir permiso a nadie; ¿se te olvidó la primera parte de Tormenta del desierto?, ¿no recuerdas cómo “un solo General de Brigada” planificó y ejecutó la operación logística que permitió el despliegue y avance del ejército del imperio hasta lograr los intereses que se propusieron? (nota: intereses económicos, no objetivos militares) ¡Despierta!, ¡los EE.UU. han llegado más allá del límite del sistema solar!

Criticas la presencia de soldados estadounidenses en Colombia y en el Caribe ¿y quién te critica -a ti- la presencia de soldados y mercenarios cubanos en Venezuela?, ¿quién te critica la presencia de narcos terroristas?, ¡nadie!, ¡ni siquiera aquellos que usan uniformes militares!

Tú mismo te dedicaste a destruir la única institución que podría hacer frente a esa amenaza, ¿crees que el hecho de comprar sistemas de armas de última generación es suficiente?, ¿desde cuándo los aviones vuelan sin pilotos o sin mantenimiento?, ¿cuántas maniobras o ejercicios de campaña -los desfiles no cuentan- se han realizado en estos últimos diez años?, ¿cuál es la verdadera operatividad, te la han dicho o te la disfrazan para que no te alteres y les permitas seguir disfrutando de la galaxia de soles en sus hombros y los “beneficios de cuna” que traen?, ¿y que me dices de la moral?

¿Por qué no dejas de vender petróleo a los EE.UU.?, ¿no crees que con esa medida, “ratón rugidor”, lograrías disminuir su capacidad ofensiva al negarle el combustible necesario para movilizar a su recién activada IV Flota y sus “tres avioncitos de hojalata”?

¡Deja de cacarear, amenazar con guerras y baños de sangre!; dedícate a administrar los recursos del país en beneficio de sus pobladores, deja de darte ínfulas de benefactor mundial ¡con mi dinero! (págame el Beneficio de Alimentación que me debes y que el Tribunal Supremo ORDENÓ pagar); admite que sólo eres una pésima copia de imperialista.

Criticas el imperialismo y pretendes eliminarlo, pero sólo si tú te quedas en el lugar de “ellos”, ¡explícale a Suecia y al mundo antiterrorista el “asuntito” ese de los AT-4!

¡No mejora el enfermo!